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Sigue vigente el sueño de Buffalo de llegar al Super Bowl y de conquistar el primer título de su historia en la NFL.
Los Bills, que disputarán el título de la Conferencia Americana después de 26 años, vencieron en la Ronda Divisional 17-3 a unos Cuervos de Baltimore que perdieron a su quarterback titular, Lamar Jackson, para el último cuarto por una conmoción cerebral al estrellar su cabeza contra el pasto tras una captura.
Después de un empate 3 a 3 en la primera mitad y en un partido lleno de errores, goles de campo fallados de ambos lados, castigos o pañuelos innecesarios e inoportunos, Josh Allen consiguió el primer touchdown del juego y poner adelante a los de Nueva York hasta la segunda mitad e hizo apenas lo necesario para ganar quedándose los Bills muy por debajo de su gran promedio de 31 puntos por partido. 
El mariscal de campo de Buffalo logró 206 yardas y solamente un touchdown, pero la gran figura además de la línea defensiva que anuló al normalmente escurridizo Lamar Jackson, fue el receptor Stefon Diggs que sumó 106 yardas en 8 recepciones para los locales.
Clave fue por supuesto en el duelo la intercepción que sufrió Lamar Jackson y que Taron Johnson devolvió 101 yardas para la segunda anotación de Buffalo y para empatar una marca en juegos de playoff.
Ese error y otros, del MVP del año pasado, fueron consecuencia de la constante presión de la línea defensiva local que capturó 4 veces y golpeó legalmente hasta en 8 ocasiones al quarterback de Baltimore que dejó el duelo con sólo 162 yardas aéreas y 34 por tierra, siendo relevado por  Tyler Huntley de 22 años, que mostró buenas hechuras acumulando 60 yardas lanzando y 32 corriendo en el último cuarto, sin poder evitar la eliminación y el triunfo de Buffalo.