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LA NAVIDAD EN EL ARTE CLÁSICO

La Navidad, o conmemoración del Nacimiento de Jesús, ha sido un tema de interés para infinidad de artistas de todos los tiempos y espacios. Lo enigmático de aquella escena del Niño Dios en un pesebre ha inspirado bellísimas obras de arte.

Sin importar la postura religiosa o ideológica de sus creadores, las piezas proceden tanto del mundo cristiano como pagano. Hay pinturas del Nacimiento de Cristo que han forman parte del arte clásico. Entre ellas están las que recrean el anuncio del arcángel Gabriel a María, la visita de la Virgen a su prima Isabel, el Niño Jesús en el establo, la adoración de los pastores , la de los Reyes Magos y las otras piezas que representan diversos momentos de este gran acontecimiento.

Recordemos algunos de esos óleos que muestran a la Navidad en su lado más sublime:

EL ANUNCIO DEL ARCÁNGEL GABRIEL

Esta pintura del artista francés Nicolás Poussin, muestra a María, el arcángel Gabriel y la paloma, que simboliza al Espíritu Santo. El arcángel Gabriel apareció a María, una virgen de Nazaret y desposada con José. Le dijo que ella sería la madre del Mesías, el Rey de Israel. Cuando María expresó su sorpresa tocante a cómo podría ser, el ángel le dijo que sería por concepción sobrenatural del Espíritu Santo. Por lo tanto, su niño, Jesús, sería santo y llamado Hijo de Dios.

EL NACIMIENTO DE JESÚS

La obra de Federico Barocci, pintor italiano, presenta la escena en que están María, el Niño y José en el establo. María adora a Jesús recién nacido en una escena de delicado y afectuoso sentimiento. José abre la puerta del establo a los pastores y señala al Niño. El buey y el asno lo vigilan.

LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

El lienzo de Alberto Durero, pintor alemán, muestra a los magos y sus ofrendas. Nótese su significado: el oro es como un tributo al Niño Rey; el incienso es símbolo de devoción, plegaria y sacerdocio; la mirra, una hierba medicinal usada para el proceso de embalsamiento, simboliza a Jesús, el humano, destinado a morir y ser sepultado. El segundo mago es un autorretrato del pintor Durero, que rinde su propio homenaje al Niño.

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