En los pasados Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, fuimos testigos de la capacidad deportiva del equipo de los atletas refugiados, pero ¿qué hay de los deportistas paralímpicos refugiados? Hace unos meses atrás el especialista en inclusión de la discapacidad de ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados), Ricardo Pla Cordero, explicaba cómo el apoyo de la Agencia al Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados encaja en su trabajo en general a favor de las personas refugiadas con discapacidad.

Y es que los seis atletas refugiados paralímpicos que compitieron en Tokio demostraron el poder del deporte para promover la inclusión y transformar las vidas de unos 12 millones de personas desplazadas que actualmente viven con discapacidad. 

No hay una cifra exacta, aunque se calcula que hay 12 millones de personas desplazadas por la fuerza, incluidas las refugiadas, que viven con discapacidad. Esta cifra se basa en la aplicación del porcentaje de personas con discapacidad en la sociedad en general (alrededor del 15 por ciento) a los 82,4 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la guerra, la violencia y la persecución. 

Sin embargo, las encuestas humanitarias muestran que la prevalencia de la discapacidad en estos contextos puede ser mucho mayor. 

PROBELMAS DE DESPLAZAMIENTO, DISCRIMINACIÓN Y ABUSOS

FOTO: ACNUR BRASIL

Cabe destacar que los datos demuestran que las personas con discapacidad sienten el impacto del desplazamiento de forma más dramática que las que no tienen discapacidad física, psicosocial, intelectual o sensorial. Suelen estar más expuestas a la violencia, la discriminación, la explotación y los abusos. Se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios básicos y a menudo se ven excluidas de las oportunidades educativas y de medios de vida. 

También pueden enfrentarse a actitudes negativas por parte de la comunidad o de los proveedores de servicios o incluso ser objeto de ataques selectivos en algunos contextos en los que el estigma y los prejuicios contra las personas con discapacidad son muy elevados. Este tipo de problemas se denuncian con frecuencia en todas las operaciones de ACNUR.

**If using these images the following credit must be included: © Getty Images / Milos Bicanski**Ibrahim Al Hussein – originally from Syria, where conflict left him seriously injured and without his right leg – trains in Athens with hopes of securing a place on the International Paralympic Committee’s Refugee Olympic Team that will compete in Tokyo. ; After losing his leg in the conflict in Syria, Ibrahim Al Hussein was determined to rebuild his shattered hopes and dreams.Living and training in Greece, he was selected to be part of the International Paralympic Committee’s first ever Independent Paralympic Team at Rio 2016. It was a dream come true for Ibrahim, who had been a keen swimmer in his native Syria before the war.He’s now training to secure a place on the Tokyo 2020 Refugee Paralympic Team.

EL DEPORTE COMO DERECHO DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

La función principal que hace ACNUR es ayudar a las personas refugiadas y desplazadas internas a acceder a los mismos derechos y libertades fundamentales que cualquier otra persona. En algunos lugares, por ejemplo, las personas refugiadas no tienen los mismos derechos que la ciudadanía de los países donde viven. Lo mismo puede ocurrir con las personas refugiadas con discapacidad, quienes no pueden acceder a los programas de protección social como la ciudadanía nacional con discapacidad.

Trabajando de la mano con los socios y los Estados miembros de la ONU para que se respete la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, reconociendo a las personas con dicha discapacidad como parte de la diversidad humana y exige que los Estados garanticen que puedan acceder a los derechos en igualdad de condiciones.

En cuanto al deporte, su acceso y participación es un derecho en virtud de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, también para las personas refugiadas. El deporte proporciona un espacio acogedor para que las personas refugiadas y las comunidades locales desarrollen amistades, promoviendo la coexistencia pacífica. El deporte también fomenta el bienestar físico y psicológico, y desarrolla habilidades para la vida y confianza en sí mismo, necesarias para perseguir sus propias metas. 

El Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados reescribió la historia al encabezar el desfile de la ceremonia de apertura, pues a pesar de las vicisitudes debido a la pandemia, su presencia destacó la importancia de su representación e inclusión en el ámbito deportivo y en la sociedad.