El panorama de la NFL rumbo al arranque de la temporada 2020 se ha ido complicando cada día más y por lo menos 12 equipos no pudieron comenzar entrenamientos esta semana por restricciones sanitarias y ordenes de gobiernos locales, por lo que el calendario de actividades (cronograma) sigue sufriendo retrasos significativos que podrían derivar en la postergación de la temporada regular programada para iniciar el 10 de septiembre.
Los cuatro equipos con sede en el estado de California y los Raiders, que todavía entrenan ahí aunque ya se mudaron a Las. Vegas, así como los de Nueva York y Nueva Jersey, no tienen autorización para abrir instalaciones deportivas, algo que tampoco harán todavía los Ravens en Baltimore, Maryland.
Todo esto echa a perder las ideas de equidad que son prioridad para la Liga, tal como lo estableció Jeff Pash, Consejero Jurídico de la NFL: “Los asuntos de competitividad siempre son importantes y siempre son considerados de esa forma para mantener un trato equitativo entre los 32 equipos”. “Nuestra meta será tener a los 32 equipos operando de manera continua y al mismo tiempo”.
Otro asunto que preocupa ya al comisionado Roger Goodell y al resto de propietarios de franquicias es que seguramente deberán arrancar la campaña sin público en los estadios, lo que en general acarreará pérdidas millonarias de más de 5 mil 500 millones de dólares, cálculos que incluyen los ingresos por boletos de entrada, venta de comida, botanas y bebidas de todo tipo, así como del tan deseado equipamiento oficial (jerseys, gorras, cascos, playeras, sudaderas y chamarras, etc), sin olvidar las cuotas por estacionamiento.
Todos perderán, pero por su naturaleza y por su popularidad habrá franquicias que se vean más afectadas que otras, como la de los Vaqueros de Dallas o los Patriotas de Nueva Inglaterra, por mencionar algunas, que tendrán pérdidas hoy previstas en más de 621 y 315 millones de dólares respectivamente.