El nuevo formato coloca a los equipos de Guardiola y Luis Enrique contra las cuerdas y logra que casi todos los grandes se jueguen algo en la apasionante última jornada
El PSG firmó una remontada excelsa ante el Manchester City para seguir en la pelea por la ronda de playoff previa a los octavos de la Champions (4-2). Grealish y Haaland adelantaron a los de Guardiola pero unos certeros Dembélé y Barcola equilibraron la contienda antes de la traca final con los tantos de Joao Neves y Ramos. Los ingleses están obligados a ganar al Brujas en la última jornada.
La primera edición de la revolucionaria fase de grupo en la nueva Champions llega a su fin y permite sacar las primeras conclusiones de un cambio de formato que la UEFA impulsó para hacer frente a la amenaza de la Superliga y que con sus defectos, parece haber cumplido con muchos de sus objetivos.
Más allá del Liverpool y el Barça, que sacaron su billete directo para los octavos de final del torneo con una jornada de antelación aunque todavía se juegan una posición concreta que marcará el camino a seguir en la fase eliminatoria, todos los gigantes del Viejo Continente llegan a la fecha final con algo en juego.
Dos de los grandes de Europa incluso se encuentran al borde del abismo, pues el Manchester City de Guardiola, campeón en 2023, y el PSG de Luis Enrique, semifinalista la pasada temporada, han ejercido de malos estudiantes dejando los deberes para el último día. Al conjunto inglés solo le vale la victoria en el Etihad ante el Brujas, que también se la juega, aunque ese triunfo le asegura el acceso al ‘playoff’ previo a octavos, independientemente del complicado cuadro que se le dibuje en las eliminatorias. Por su parte, al campeón francés le vale el empate ante el Stuttgart, pero una derrota contra el equipo alemán, al que también sirve la igualada porque está en la misma tesitura que su rival, apunta a dejarle fuera de la Champions a las primeras de cambio.
Complicar el camino de los favoritos en la ronda de grupo era precisamente el propósito del formato suizo, con un grupo único de hasta 36 equipos en el que no todos juegan contra todos, provocando la cercanía en puntos en amplios tramos de la tabla que concede gran importancia a cada partido. Esta Champions ha conseguido reducir el número de encuentros anodinos, sin nada en juego, de esos que eran tan habituales en la antigua fase de grupos una vez alcanzadas las dos últimas fechas, y también ha permitido la disputa de duelos de primer nivel entre los mejores equipos desde la fase inicial de la competición.