LA TRAMA RUSA “YENDO EN VERTICAL” Y LA PERSPECTIVA DEL BALONCESTO EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE MUNICH 1972

Las cintas rusas siempre tienen algo diferente en sus temáticas, y cuando el tema esencial es el deporte lo hacen desde un punto de vista muy distinto que las demás culturas de Occidente.

Una de esas cintas originaria precisamente de este país, es la de “Yendo en Vertical”, del 2018. Esta historia nos adentra a la más famosa victoria deportiva de la URSS contra Estados Unidos, convirtiéndose en todo un hit del cine de esa región, cuyo protagonista esencial es el baloncesto.

Pues este film nos lleva de la mano por la controvertida victoria de baloncesto de la Unión Soviética contra EE UU en los Juegos Olímpicos de 1972 recaudando 31 millones de dólares en dos semanas.

Es así que este drama deportivo sigue acontecimientos que tuvieron lugar en los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. El equipo de baloncesto soviético hizo historia al vencer a los estadounidenses a falta de tres segundos para el final del partido. 

El equipo estadounidense ganaba por un punto y pensaba que la victoria estaba seguramente en su bolsillo. Pero los tres últimos segundos resultaron ser los más cruciales del partido. El invencible equipo estadounidense fue derrotado por primera vez en 36 años y aquello una prueba más de que nunca es demasiado tarde para ganar la batalla contra tu mayor rival.

EL BALONCESTO COMO PERSONAJE PRINCIPAL

En cuanto a la historia, todo empieza con el nombramiento de Vladímir Kondrashin como seleccionador en sustitución del legendario Alexandr Gomelski, relevado tras el tercer puesto en los Juegos de México 1968 y en el Mundial de 1970. Kondrashin, entrenador del Spartak de Leningrado, prometió al asumir el cargo una victoria sobre EEUU, que llevaba 63 triunfos consecutivos y que no había perdido nunca una final olímpica desde Berlín 36. Además de que el papel del técnico es interpretado por el gran Vladímir Mashkov, la película da en el clavo al describir la asfixiante atmósfera de la época y los dramas personales que atormentan a sus protagonistas.

Además, la película recuerda cómo se repitieron hasta dos veces los últimos tres segundos, en una ocasión por un fallo del reloj y en otra porque no atendieron la petición de tiempo muerto de los soviéticos.

Después de su proyección en aquel 2018, más de dos millones de espectadores vieron la película en apenas una semana, cifras sin precedentes en ese país, pero es que aquella victoria y todo lo que la rodeó son propios de un guion cinematográfico.

Esta cinta va mucho más allá de los famosos tres segundos en los que Belov pasó de villano a héroe, aunque las últimas escenas de la cinta son vistas por los espectadores como si se trasladaran en una máquina del tiempo justamente a 1972.

Se decía que el film era tan emociónate que la gente lloraba al término de la misma, pues la emoción de aquellos juegos y su remembranza los conectaba de inmediato con espíritu deportivo. Además de que era el momento indicado para dar un mensaje patriótico en un momento en que el deporte ruso estaba bajo sospecha por el dopaje de Estado.