Desafortunadamente la situación que se está viviendo en Afganistán nos hace recordar todo el conflicto alrededor de esta región que desde hace muchísimo tiempo ha tenido conflictos, en específico con las mujeres. Por ello recordamos un proyecto lanzado por el canal Lifetime hace dos años donde nos acercan a un mundo en donde las niñas de esta región, practican el skateboard que además de ser disfrutable para cada una de ellas es usado como un lenguaje de libertad.
Este documental se llama “Aprendiendo a patinar en zona de guerra (sí eres una chica)”, el cual obtuvo el premio de la Academia a Mejor Corto Documental, es un producto dedicado a las niñas de Afganistán y que, bajo la producción de Elena Andreicheva, cuenta la historia de una nueva generación de jóvenes afganas que aprenden a leer, escribir y andar en patineta en la dura tierra de Kabul, la encargada de la dirección fue Carol Dysinger.
EL PODER DEL DEPORTE DENTRO DE LUGARES EN CONFLICTO
El documental producido por A+E, y dirigido por Dysinger, “es una carta de amor a las niñas de Afganistán”, según declaró la cineasta, a quienes considera las personas más atrevidas, valientes y divertidas que jamás haya conocido.
Dicho proyecto nos narra como muchas niñas no pueden participar en deportes. Las normas culturales y religiosas, junto con otros factores como las preocupaciones por la seguridad y los años de guerra, han resultado en las escasas oportunidades deportivas y recreativas que se han limitado para las mujeres y niñas, siendo las más afectadas aquellas que provienen de vecindarios empobrecidos.
Dentro de este gran conflicto social, el deporte asomo la cara y descubre a una nueva generación de niñas afganas que creen que pueden hacer cualquier cosa ya que además de practicar el deporte, logran aprender a leer y a escribir.
Estas pequeñas desafían las normas estructuradas, eso es lo que hace tan vital a este documental que muestra que para generar cambios se deben romper esos estereotipos.
LA ORGANIZACIÓN SKATEISTAN
La narrativa nos encuentra con una clase de niñas en Skateistan, una organización sin fines de lucro que comenzó como una escuela de patinaje en Kabul en 2007 y se convirtió en una iniciativa educativa multinacional, que se enfoca en reclutar niñas de vecindarios empobrecidos no sólo para enseñarles a andar en patineta, sino para ayudar a educarlas.
Las niñas de la película asisten a un programa de regreso a clase que consiste en 3 horas diarias de instrucción educativa, con el objetivo de preparar a aquellas que no están dentro del sistema de la educación formal para matricularse en la escuela pública.
Es un deleite ver como las pequeñas salen a cuadro hablando de sus vidas y sueños, exaltando que deseen ser profesionales como cirujanas, profesoras, artistas, y sobre todo cada una lo resalta con una sonrisa.
No podemos cambiar el mundo, pero estos pasos hacen que el pronóstico para una vida mejor para cada niña en zonas de guerra de cualquier latitud o pobreza extrema pueda contar con mejores condiciones de vida en el futuro, y el deporte es una de las mejores maneras de lograrlo ya que las incentiva a sacar lo mejor de cada una de ellas rompiendo sus propios límites, a pesar de las condiciones terribles en estos casos específicos.