El padre de los Juegos Olímpicos, el Barón Pierre de Coubertin dijo algún día que “Lo importante no es ganar sino competir” pero muchos años después Vince Lombardi, el histórico Coach de los Green Bay Packers sentenció que “Ganar no es lo más importante, es lo único”.
Ambas frases tienen su parte de razón, pero lo cierto es que cuando alguien compite lo primero que desea es obtener la victoria y experimentar esa sensación indescriptible, vivir ese momento de éxtasis que deja alcanzar la gloria, misma que sin embargo dura muy poco porque no es tangible como si lo son las famosas medallas, ese objeto quizá tan pequeño en tamaño, pero tan apreciado por lo mucho que representa, por los recuerdos que evoca, por la fama que produce y hasta por el dinero que genera. 
Más de 11 mil atletas de 33 deportes diferentes estarán presentes en Tokio buscando regresar a casa con una de estas 5 mil preseas que se fabricaron para los eventos olímpicos y  paralímpicos, pero en esta ocasión por culpa de la pandemia y como un protocolo más de seguridad sanitaria, nadie les colgará la medalla al cuello a los ocupantes del podio.
Esta vez los tres mejores de cada prueba recibirán su presea en las manos y los atletas deberán colocársela ellos mismos por encima de la cabeza. Además tanto los portadores de la bandeja de medallas así como las personas designadas para entregarlas deberán portar guantes especiales y desinfectados en cada ceremonia para evitar el contacto de la piel, algo que parece tan exagerado.como innecesario pero que es una de las decisiones del Comité Olímpico Internacional. 
Estarán prohibidos además los apretones de mano, los abrazos y por supuesto los besos de felicitación en todas y cada una de las ceremonias de premiación.  Aunque será raro, nada de eso le quitará valor a lo hecho por los que resulten merecedores al galardón que en Tokio 2020 estarán hechas en el caso de las de primer lugar con un baño de 6 gramos de oro sobre plata plura; las del segundo lugar solamente de plata pura y las del tercer sitio con latón rojo revestido al 95% de cobre y 5% de zinc. 

Las ansiadas medallas son un diseño del japonés Junichi Kawanashi y llevan en una de sus caras el nombre oficial de los juegos, el símbolo tradicional de los cinco aros olímpicos y la figura de Nike, la diosa griega de la victoria y detrás de ella el Estadio Panathinaikos de Atenas. 
En la otra cara, el diseño mucho mas modernizado hace alusión a una ráfaga de viento que refrescará al mundo generando incluso un efecto como si el contorno girara realmente mientras en el centro muestra,  completamente estático, el emblema oficial de los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
Una medalla olímpica como estas puede no costar mucho en el mercado de los metales preciosos pero su verdadero valor es infinito e incalculable porque solamente cada uno de los que las obtengan sabrá lo que tuvo que hacer para merecerla.