Por René Sánchez
Pese a ser el equipo con el plantel más caro de la Liga MX, el Monterrey tuvo un torneo Apertura 2019 sumamente complicado, primero por la ausencia por lesión de dos de sus extranjeros más peligrosos: Avilés Hurtado con ruptura del tendón de aquiles y Jonathan Urretavizcaya que fue operado el semestre pasado de los ligamentos.
Además Diego Alonso, en su tercer torneo al timón rayado, nunca encontró un 11 fijo, ni le dio continuidad a lo que mejor le había funcionado en torneos pasados, lo que derivó en su salida del equipo después de 12 fechas y una nueva y dolorosa derrota en el clásico regiomontano ante los Tigres en el mismísimo Gigante de Acero.
Los de la Sultana estuvieron casi todo el torneo fuera y lejos de zona de calificación y el cese de su estratega uruguayo no molestó a nadie, pero buscar a su relevo resultó toda una novela ya que primero apuntaron a Matías Almeyda y no hubo arreglo, dejando a Pepe Treviño como interino hasta que se les ocurrió volver a lo andado y recontratar al Turco Mohamed para su segunda etapa con los resultados positivos a la vista de todos, con la conquista de su boleto a la liguilla sufriendo y de última hora, y con mucha fortuna también. Con marcha invicta bajo las ordenes del argentino en 9 partidos de liga dirigidos hasta hoy y antes de comenzar la serie por el título, ese que no han ganado desde hace 5 años.
Monterrey comenzó el torneo cayendo dos veces seguidas como visitante, primero con el América recibiendo 4 goles en la capital y después por la mínima diferencia en San Luis.
Pero tres victorias seguidas sobre León, Morelia y Toluca cambiaron el panorama. Todo mejoró porque aunque cayeron con Santos en la fecha 6, los regios ganaron 4 de 5 juegos tras superar a los Pumas en la jornada 7.
El problema rayado fue su irregularidad porque ligaron derrotas ante Necaxa y Juárez en las semanas 8 y 9, recuperando el camino del triunfo en la 10 ante Pachuca.
Un empate con la Máquina en el Azteca en la 11 no parecía malo pero se juntó con el desastre en el duelo más importante, con la derrota en el clásico, con el Tuca, con los Tigres, y adiós a Diego Alonso.
Y mientras buscaban estratega Pepe Treviño también perdió con Querétaro, lo que apresuró la llegada de Mohamed, que debutó empatando en casa con el Guadalajara y la liguilla se veía muy lejana, casi imposible con solamente una victoria en los últimos siete juegos.
Sin embargo todo empezó a cambiar y el Monterrey ya no volvió a perder. Le ganaron a Pachuca, Tijuana y Atlas en el cierre de la fase regular y lograron calificar contra todos los pronósticos.
Nadie les ha ganado tampoco en la fase final. Eliminaron al superlíder Santos Laguna en los cuartos y después a los Rayos en semifinales.
Sólo les falta el América y serán campeones.