Por René Sánchez

Hoy muchos aseguran que siempre confiaron que el América sería finalista del Torneo Apertura 2019, pero siendo honestos la mayor parte de ellos miente porque lo que sufrieron las Águilas durante el desarrollo de la competencia era para desecharlos sin remedio.

Sólo basta recordar que por diversos motivos perdió jugadores clave muy pronto y eso merma a cualquiera.

Los primeros fueron Agustín Marchesin y Mateus Uribe, quienes dejaron Coapa transferidos al Porto después de las primeras dos jornadas y además Nicolás Benedetti no pudo empezar el torneo reponiéndose de una lesión. Tres piezas vitales para Miguel Herrera que tuvo que emplear a Oscar Jiménez en el marco hasta que se cerró el fichaje de Memo Ochoa, quien por cierto llegó todavía lastimado del verano tardando en reaparecer como azulcrema.

Aunado a ese tema, comenzaron a caer jugadores lesionados como pinos de boliche, uno tras otro y todos juntos en la enfermería.

Bruno Valdéz fracturado de la nariz, Emanuel Aguilera muscular, Nico Castillo roto del peroné, Renato Ibarra y Andrés Ibárgüen con tirones y contracturas, Henry Martin y más adelante también Giovani Dos Santos, quien llegó como refuerzo de emergencia porque también Jeremy Menéz fue dado de baja por improductivo.

Junto al hijo de Zizinho arribaron dos jóvenes desconocidos en México: Federico Viñas y Richard Sánchez y ellos también se ausentaron un tiempo por molestias físicas.

Pese a todo el América estuvo siempre en zona de liguilla, sumando en casa y afuera, haciendo más de lo esperado hasta calificar y llegar a la final, con altibajos, con lagunas, con dudas y polémicas, pero siempre con la mística de un equipo grande que nunca se da por vencido y que logra reponerse de casi cualquier adversidad.

En cuanto a resultados las Águilas abrieron el Apertura en casa goleando a Rayados 4×2 y pese a todo lo descrito arriba llegaron invictos hasta la jornada 8.

Empataron en León. Vencieron a Xolos y al Toluca. También al Morelia y ligaron dos empates más en las fecha 6 y 7, en el Volcán de los Tigres y recibiendo al Pachuca hasta que vino el primer descalabro 3-0 con Atlas y se empezó a hablar de crisis porque eran 3 jornadas seguidas sin ganar y la mala racha se alargó hasta seis duelos sin triunfo con empates ante Pumas, Querétaro y Juárez.

Era el peor momento para el equipo del “Piojo”, pero todo mejoró de golpe y porrazo al golear 4-1 a las Chivas en el clásico de la jornada 12, alegría que duró muy poco porque a la siguiente semana Cruz Azul los humilló marcándoles 5 goles por primera vez en la historia. En aquellos días los azulcremas no pintaban para pelear por la corona.

Sin embargo de la fecha 14 a la 18 el América ya solamente cayó una vez más. Sólo una derrota en esos cinco juegos y fue ante el líder Santos para cerrar con goliza sobre Veracruz, sólo que del tercer sitio cayó hasta el sexto porque le tocó descansar en la jornada 19, en la última.

Ya en la liguilla le tocó Tigres, otra vez el Tuca en cuartos. Pero supo salir adelante y hacerle 4 goles a los norteños en su casa pese a la desventaja que traían del Azteca. Una muestra de grandeza sobre todo mental, que repetirían ante Morelia en semifinales, de nuevo remontando, obligados a marcar al menos dos veces. Y lo consiguieron. Y por eso son finalistas. Y por eso son el América.