Por Karina Elián Salinas
Escuchando las típicas frases de comienzo de año, como “año nuevo, vida nueva” o cumplir los famosos propósitos, creo que no siempre se logra buenos resultados al ser concluido un año más. Hay algo que nos hará replantearnos muchas de nuestras propias dudas y romper con patrones para entender quiénes somos y qué queremos.
En la búsqueda de una existencia feliz, muchos nos arrojamos a tomar terapia, buscar en la astrología, tarot, interpretación de sueños, e incluso test en línea.
Y está muy bien explorar todas las opciones, pero sin duda al hacernos preguntas que nos ayuden a nuestra propia realización, si somos acompañados por la lectura, tendremos mejores resultados.
Es por eso que hoy halamos del trabajo de “Rafael Santandreu”, psicólogo español quien ha escrito libros como; “El arte de no amargarse la vida”, “Los lentes de la felicidad”, o “Ser feliz en Alaska”. A través de su trabajo ha ayudado a miles de lectores a nivel mundial a desarrollar una mayor fuerza emocional, logrando que su método llevara a sus títulos a convertirse en referencias académicas.
El autor nos dice que sin importar el método que se use para lograr las respuestas necesarias para avanzar, dichos mecanismos que se ponen en marcha en el acto de preguntar, siempre tienen que ver con la parte más evolucionada de nuestro cerebro. Así como también nos explica que, de hecho, las preguntas son la base de cualquier terapia centrada en el cambio. Aseverando que: “En gran medida, la tarea del terapeuta es preguntar. Las respuestas generan en la mente nuevas conexiones neuronales, y con ello, se inauguran formas diferentes de pensar, sentir y hacer”.
Así que intentemos integrar esas preguntas como herramienta de vida, dándoles un espacio convirtiéndolas en fortalezas y recursos, en formas de hallarnos a nosotros mismos y de encontrar nuestro destino, así tendremos más certezas a final de año, sin expectativas que no logren su cometido.