Laissez-moi danser! (“¡Dejadme bailar!”), reclamaba Dalida en un marchoso single de 1979 que vendió 400.000 copias solo en Francia. Quizá para invocar el espíritu de la cantante superventas fallecida hace 37 años, el cartel de esta edición de la feria de arte Art Basel Paris (del 18 al 20 de octubre para el público general) es un retrato de ella realizado por la pintora norteamericana residente en París Nina Childress en cálidos tonos amarillos y anaranjados, como las llamas de un incendio. Lo que nos recuerda que el mercado artístico mundial anda algo chamuscado, después de que las últimas grandes ferias no hayan funcionado como se esperaba y de que, en la primera mitad del año, el importe de las ventas en subastas haya caído un 30% respecto al mismo periodo del año anterior (el dato es de Artnet Price Database). Pese a la cautela que aconsejan cifras como esta, los coleccionistas y galeristas quieren, como Dalida, seguir bailando, y por eso se espera que pocos vayan a perderse este Art Basel Paris que acaba de abrir sus puertas a los titulares de tarjetas VIP.

Clément Delépine, director de Art Basel Paris. “El Grand Palais nos ha permitido aumentar el tamaño de la feria un 25% hasta llegar a las 195 galerías, y hay mejoras de confort y accesibilidad, además de conceptuales”.

Aunque este es el tercer año que el gigante Art Basel celebra una feria en París, se trata del primero que lo hace bajo este nuevo nombre (las dos ediciones anteriores el evento se llamaba, algo enrevesadamente, Paris + par Art Basel). También conviene recordar que Art Basel le “arrebató” el negocio ferial parisino a la desaparecida FIAC. Tras casi 50 años celebrándose, FIAC desapareció en 2022, cuando el grupo suizo presentó una oferta más sustanciosa. Pero hay otro cambio no menos relevante: desde 2021, las ferias se estaban realizando en el Grand Palais éphèmere, una estructura temporal instalada en el Champ de Mars parisino, y este año es el del regreso al recién restaurado Grand Palais, el espectacular edificio histórico a orillas del Sena con cubierta de vidrio y metal verde que es un manifiesto de la arquitectura de finales del siglo XIX. No está claro que esto ayude a propulsar las ventas, pero sí conseguirá que la experiencia sea infinitamente más agradable para los visitantes: “Creo que esta será una edición superlativa”, anuncia Clément Delépine, director de Art Basel Paris. “El Grand Palais nos ha permitido aumentar el tamaño de la feria un 25% hasta llegar a las 195 galerías, y hay mejoras de confort y accesibilidad, además de conceptuales”.

París, en los términos más coloquiales, ha sido realmente esa chica últimamente, después de haber pasado el último año en el centro de atención internacional. Además de albergar los Juegos Olímpicos de Verano, la ciudad repitió su papel protagónico en una de las series de Netflix más populares de todos los tiempos, mientras que el ascenso de París tras el Brexit como un importante centro comercial europeo ha inyectado una energía renovada a las clases creativas de la ciudad. En los mundos de la moda, la gastronomía, el comercio y, no menos importante, el arte contemporáneo, según Clément Delépine, de Art Basel, “existe la sensación de que la creatividad y el compromiso con la cultura están prosperando como nunca antes”.