Muchas cosas influyen para que un compositor inunde con sus creaciones a las piezas melódicas que componen, ya sean las emociones, las vivencias o lugares que marcan a las personas. Ese sería el caso de una de las bandas de rock legendarias de la década de los ochenta, pues la famosa agrupación “TOTO”, puso a toda una generación a corear el tema que llevaba por nombre uno de los cinco continentes.
Por supuesto hablo de la canción “ÁFRICA”, por la cual jugaremos a través de sus historia, composición y sonido.
Así que veamos qué hay detrás de esta pieza que aun a la fecha es de las predilectas para ser cantada por los contemporáneos de la banda rockera.
DE UN SIMPLE RIFF A UNA EMBLEMÁTICA MELODÍA
En el año 1981, el cantante David Paich jugaba con su instrumento, un teclado CS-80 recién adquirido. Al poco tiempo dio con un riff que después se convertiría en la melodía principal de “África”. Nunca imaginó cuán popular se volvería.
Aquella línea fue tomando forma: primero como un tarareo, luego un coro, y finalmente una canción con versos y estrofas. Paich describió al proceso de composición como si algún poder mágico superior se hubiera apoderado de él y escribiera a través de sus manos.
Se dice que una de las razones por la que el músico estaba en la agrupación, era porque anhelaba conocer el mundo. África, en especial, siempre llamó poderosamente su atención, por la forma en que era retratada en las películas.
Además, los maestros de la escuela católica a la que asistió, misioneros algunos de ellos, describían a detalle sus experiencias en dicho continente.
EL AMOR POR ÁFRICA
Le fascinaban los relatos sobre los aldeanos, sus libros, las Biblias y sus cultivos. Daban gracias y bendecían la lluvia cada vez que caía. Evidentemente aquella fue la inspiración de la célebre línea; «I bless the rains down in Africa».
Cuando hablamos de la rola, no hace falta darle muchas vueltas al significado e historia de la pieza. Pues trata básicamente sobre una mujer que vuela al continente africano, donde le aguarda un solitario misionero.
Paich la describe como una canción de amor sobre un continente idealizado, basada en la forma en que siempre la imaginó. Los detalles de los paisajes provinieron de lo que había leído en las ediciones de “National Geographic”.
En realidad, pasaron varios años hasta que la banda por fin pudo tocar en África, en Cape Town, y Johannesburgo, Sudáfrica, en 1990.
La gente, naturalmente, les preguntaba si habían estado en el continente. El vocalista admitía que no, y se sorprendían por la belleza y exactitud con la que el músico había descrito a la región en la balada.
Ni los mismos integrantes imaginaron el alcance que tendría su canción, fue realmente sorpresiva para ellos la manera en que ese riff llegaba a los corazones del mundo y por supuesto el de la misma África.