El 26 de mayo del año 2013 significa una fecha importante en el fútbol mexicano, una noche mítica, el guión perfecto ejecutado por los actores perfectos, la final más importante en la era de los torneos cortos y una de las más emblemáticas en la historia del fútbol mexicano, amada por muchos y odiada por otros tantos, la mítica final del América Cruz Azul.
La rivalidad del clásico joven no se puede contar sin está final, se cumplen ya 7 años de aquella noche lluviosa en donde la máquina celeste vio más cerca que nunca el título de liga, la maldición a punto de romperse, la gloria en sus manos, que terminó escurriendose y dando nacimiento a la famosísima ‘cruzazuleada”.
Un gol de Aquivaldo Mosquera y un cabezazo de Moisés Muñoz al 93 significaron 30 minutos más de vida para el América en tiempos extras, y aunque el partidos estaba empatado, y el América en inferioridad numérica, algo se rompió en el equipo Azul, algo que hasta la fecha no se puede explicar, pero que se sabía que no se iba a poder recuperar de eso, el marcador global indicaba 2-2, pero la final ya estaba perdida para la máquina.
El hubiera no existe, pero sin duda, el hubiera ronda la mente de la afición celeste ¿Y si marcan falta en el gol de Aquivaldo? ¿Y si Teófilo la empuja y no la estrella en el poste? ¿Y si Castro no desvía ese balón? ¿Y si se rompe la maldición, hubieran llegado más títulos? Son preguntas que siempre rondarán en la cabeza de la afición celeste y aún más, el 26 de mayo, que para los americanistas es día de gozo y celebración, para los azules es un día de recordar la final más dolorosa en sus 93 años de historia.