2 de febrero de 2020. El día más valioso en las vidas tenísticas de Rajeev Ram y Joe Salisbury. El día en que el estadounidense de 35 años y el británico de 27 años, jugando apenas por quinta vez juntos en Grand Slams, consiguen el primer título de sus respectivas carreras en torneos de la categoría.
Los undécimos preclasificados hicieron realidad su sueño este domingo en la Rod Laver Arena al superar a las revelaciones del torneo, los locales Max Purcell y Luke Saville, con parciales de 6-4, 6-2 en apenas una hora y diez minutos de juego para reclamar el trofeo de campeones del Abierto de Australia.
El mejor resultado juntos en Grand Slams había sido alcanzar los cuartos de final de Roland Garros en 2019, y en los últimos dos eventos de la categoría habían perdido en cuarta ronda. Antes de aliarse como dúo en 2019, cada uno había sido, como máximo, semifinalista en este tipo de torneos. Ram había llegado dos veces a esta ronda (US Open 2014 con Lipsky, Wimbledon 2016 con Klaasen), y Salisbury la había alcanzado en una oportunidad (Wimbledon 2018 con Nielsen).
Este domingo estaban disputando la primera final de Grand Slam de sus respectivas carreras. Y la ganaron de manera contundente, perdiendo solo siete puntos con el saque, sin enfrentar break points con el servicio, ganando tres rupturas de doce posibles con la devolución y cometiendo apenas un error no forzado desde el fondo.
Con este resultado, aseguran ingresar al Top-5 del FedEx ATP Ranking de dobles por primera vez en sus respectivas vidas. Salisbury aparecerá el lunes en el cuarto puesto (cuando su mejor ubicación histórica antes de esta semana era la No. 19), mientras que Ram será el quinto del mundo (antes de esta semana había llegado a ser hasta el No. 9). Ambos escalarán 17 puestos en el escalafón.
Max Purcell y Luke Saville, por su parte, garantizan ascender casi 50 puestos tras la increíble campaña esta quincena. Los invitados por la organización solo registraban una victoria de Grand Slam en sus carreras como doblistas antes de este torneo. Ahora se despiden de Melbourne asegurándose un lugar en el Top-45 por primera vez en sus vidas tenísticas.