Con un convivio especial aderezado con una barbacoa y muchos abrazos así como lágrimas, pese a la pandemia del covid-19, así transcurrieron las últimas horas de Ronaldinho en la Prisión de la Agrupación Especializada de Asunción, Paraguay, dónde estuvo detenido durante 32 días, desde el 6 de marzo, por haber intentado ingresar a la nación guaraní con un pasaporte falso.
Para poder salir de la cárcel el astro brasileño tuvo que pagar 1.6 millones de dólares de fianza y como garantía para que le fuera aceptada (por el juez Gustavo Amarilla) la solicitud de seguir su proceso en el mismo país pero en arresto domiciliario en el comocido Hotel Palmaroga ubicado en el centro de la capital paraguaya y dónde también estará su hermano Roberto cumpliendo con la misma sentencia pero en mejores condiciones de las que tenían en la penitenciaria.
Ronaldinho y su consanguíneo serán vigilados por custodios de la misma prisión donde estuvieron durante más de un mes y no podrán consumir alimentos ni bebidas que no sean proporcionados por el personal designado por el juez de emergencia. Tampoco podrán realizar llamadas telefónicas no autorizadas ni utilizar dispositivos electrónicos con el fin de comunicarse al exterior por medio de sus redes sociales.
La fiscalía les permitió ademas a los hermanos De Assis Moreira gestionar el viaje de sus padres desde Brasil para que puedan visitarlos en cuanto el gobierno abra de nuevo la frontera con su país vecino.
Autoridades paraguayas consideran que serán al menos 6 meses los que tengan que seguir Ronaldinho y Roberto en el país bajo custodia, porque lamentablemente para ellos el tema del coronavirus frenó y limitó las actividades judiciales prácticamente en todo el mundo.