En estos días de cuarentena y de estar inmersos en la información que gira en torno al Covid-19, ¿Qué tan refrescante resultaría remontarnos a esa lejana o cercana infancia para aplaudir o bailar tal y como lo hicimos en nuestro primer festival del colegio, o tal vez el cantar aquella melodía que acompañaba a nuestra caricatura favorita?

Precisamente esas sensaciones las encontramos guardadas en el álbum titulado “Jazz for Kids: Sing, Clap, Wiggle and Shake”, editado hace tres años, justo en el momento en el que se debatía el futuro del jazz ya que tanto en listas como en foros especializados, se mencionaba que la mayoría de intérpretes del género son de edad madura, por lo que se cuestionaban que pasaría con el jazz cuando esas personas desaparecieran sino se atraían  a los niños a él.

Por tal motivo “Verve Records”, arriesgó por sacar de sus archivos un puñado de clásicas piezas sincopadas frescas, alegres y rítmicas que se identificaran con el público infantil, nada más divertido que hacer coincidir una sola fecha en tres vertientes; 30 de Abril Día Internacional del Jazz, Día del Niño y día de descanso…aaaahhh.

El disco está integrado por once melodías con una duración de tan solo 28 minutos ya que se indicaba era el tiempo justo para no abrumar la atención de los pequeñines, entre las joyas que podemos escuchar, se tropezaran con un “Old McDonald” tarara… (Cantada), a cargo de “Ella Fitzgerald”. 

Conoceremos la historia del dueño de una tienda que nos vende un tomate pasado de moda, una papa de Long Island, pero advirtiendo una y otra vez que “hoy, no hay bananas”, con el tema “Yes,  We have no bananas” a cargo de “Louis Prima” y su orquesta.

“Oscar Peterson”, “Blossom Dearie”, y “Carmen McRae”, entre otros intérpretes, serán reconocidos por los pequeños jazzeros, dejando el cierre del álbum a cargo de “Louis Armstrong” con el clásico “What a wonderful world”.

Es cierto que la incógnita sobre el futuro del jazz en las nuevas generaciones sigue persistiendo, pero es evidente que mientras exista la preocupación por mantener los legados a las nuevas generaciones, estos temas con un “toque de inocencia” se adherirán de manera sencilla en el mundo fantástico de los pequeños.

Y ya que estamos en estos días de resguardo, podríamos hacer el esfuerzo (ayudados por la música) de conectar con “ese pequeño” que vive en nuestro corazón… sin importar la edad, o a ese niño o niña que anda brincoteando en este momento por toda la casa.