La pausa en el futbol mexicano que tanto molesta a muchos también le servirá a otros para arreglar asuntos que habían quedado pendientes y uno de estos es la renovación de contrato de Miguel Herrera como Director Técnico del América.
El “Piojo” no tenía ninguna prisa por firmar un nuevo convenio porque desde hace tiempo recibió la promesa de Emilio Azcárraga Jean de que seguiría varios años mas en el banquillo de las Águilas, ya que en opinión del propietario del equipo, ningún otro entrenador le garantiza lo que él desea para el equipo azulcrema y que no son solamente títulos.
Con Herrera los de Coapa han conquistado dos coronas de Liga y una de Copa además de un Campeón de Campeones y la materia pendiente sería una Liga de Campeones de la Concacaf, pero aunque es un hecho que nadie se queda en el banquillo de las águilas si no es monarca de algo, lo cierto que varios se han ido a pesar de eso, porque también hay cosas como la mística que cuestan mucho más trabajo construir que una campaña exitosa y ganadora.
Forjar una identidad aunque el líder de la misma no haya surgido en las entrañas del club suele ser mucho mas complicado y complejo que plantear y ganar partidos, aunque evidentemente las cosas siempre serán mas fáciles cuando van de la mano.
Por ello no sorprende que aún atravesando momentos difíciles Miguel tenga prácticamente sobre la mesa una oferta para seguir al frente del equipo por tres años más, para además terminar de madurar la nueva idea americanista de reforzarse con jóvenes talentosos que puedan ser transferidos mas adelante con grandes ganancias en la caja registradora.
Y no porque el América ya no quiera figuras en su plantel o en su nómina (que no es lo mismo), sino porque también se han cometido errores que han costado muy caro sin redituarle nada más que críticas a la directiva que encabeza Santiago Baños.
Por todo eso y aún sin ser americanistas, no nos queda mas que reconocer que “El Piojo” y el América estan hechos uno para el otro, porque tan mediáticas y polémicas son las águilas como su técnico, sin que esto signifique que todo lo que ha hecho hace Miguel en Coapa es perfecto, porque no es así y por el contrario hay mucho todavía que el “güerejo” debe cambiar o mejor dicho transformar, porque su explosividad y sus reacciones irascibles, que lo hacen sentirse vivo, no abonan cuando se pasan de la raya.
Pero todo eso ya lo sabe Miguel y no lo niega. El problema es que se lo haga entender al otro “yo” que vive en su cuerpo. Al que despotrica contra todos cuando se siente afectado. Al que nunca pierde una discusión aunque todas las pruebas esten en su contra. Al que, aunque parezca una incongruencia, le debe mucho de su éxito a esa determinación y carácter que siempre lo sacan a flote.