Los antiguos mayas creían que Chaak, el dios de la lluvia, habitaba en cuevas y cenotes. Hoy, los agricultores nativos de la península de Yucatan aún imploran a Chaak el regalo de la lluvia, mientras los cenotes aportan nuevos conocimientos a los arqueólogos sobre los paisajes sagrados de los mayas ancestrales.

Los cenotes son pozos de agua de gran profundidad, que se alimentan por la filtración de la lluvia y por las corrientes de los ríos que nacen en el corazón de la tierra. Estos lagos naturales surgieron al disolverse la roca kárstica por un proceso de acidificación y produciéndose estalactitas y estalagmitas en muchos casos. Con el paso de los años, estas cuevas no logran soportar el peso del techo y acaban colapsando

La palabra cenote proviene de la palabra maya dzonot, que significa “caverna con agua”. Para ellos eran lugares sagrados, la entrada al inframundo donde vivía el dios de la lluvia y por eso se usaban como lugares ceremoniales donde se hacían ofrendas y sacrificios.

En una de las primeras exploraciones a un cenote, estas fueron las primeras expresiones: Se quedó atónito al encontrarse con una repisa de roca natural que sostenía la ofrenda de un cráneo humano, cerámica, el cráneo de un perro, huesos de venado y un cuchillo de doble filo tal vez utilizado para sacrificios, todo cuidadosamente colocado ahí siglos antes.

Su lámpara de buceo, que apuntaba justo hacia abajo, a las profundidades del cenote, revelaba columnas rotas, un jaguar antropomórfico tallado y una figura similar a uno de los pequeños hombres de piedra del Templo de los Guerreros de Chichén Itzá, esculpidos de forma que parecieran sostener el cielo. Este cenote en medio de un maizal sin duda era un sitio sagrado.

El papel del sol y del cenote en el emplazamiento y la orientación de la pirámide de El Castillo en Chichén Itzá.

Su influencia en la construcción de las pirámides (centros arqueológicos)

Temprano el 23 de mayo, el día del cenit, fueron hasta la pirámide central y descubrió que el sol, K’inich Ajaw, sale alineado con la esquina noreste de la pirámide. Luego se pone, alineado con la escalera occidental de la pirámide y Holtn, ese cenote inadvertido.

Para calibrar su calendario, merecidamente famoso hasta nuestros días, los mayas tenían que determinar los días del año en que el sol brillaba justo por encima de sus cabezas, ni una fracción de grado más arriba o más abajo.

Suponían que los astrónomos mayas esperaban dentro del cenote Holtn esos dos momentos del cenit en el año, cuando un pilar vertical de luz solar perfora el agua sin relejarse en el domo.

Para los mayas, la astronomía era una actividad sagrada, lo mismo que la arquitectura y la planeación urbana.

Ahora se cree que, además de Holtn, otros cenotes pueden haber tenido un papel importante para determinar la ubicación de los edificios. El Cenote Sagrado yace al norte de El Castillo; otros dos cenotes descansan al sur y sureste de esté.

El cenote Holtn, directamente al noroeste de la pirámide, podría haber completado la configuración rectangular que permitió a los itzaes determinar dónde debían construir su ciudad sagrada y con qué ángulo colocarían su pirámide principal.

Ya se sabía que durante el equinoccio de primavera una serpiente de luz solar se desliza hacia abajo por un costado de las escaleras centrales de la pirámide, espectáculo que presencian cada año miles de turistas.

Los sacerdotes solares pasaban la noche anterior al cenit ayunando, danzando y cantando al ritmo de los tambores y las flautas dobles de barro, como las que halló en las profundidades de la cueva, alabando al dios del sol por haber traído una vez más el cenit y, con él, las lluvias.

Hace siglos, durante los dos días del cenit, me explicó Slater, el sol habría hecho su danza esférica en lo que ahora son las ruinas de una plataforma en la esquina suroeste de la estructura.

Para los mayas, observadores perpetuos del cielo, las pirámides de la península de Yucatán, varias de las cuales estaban alineadas con la salida y la puesta del sol en los días del equinoccio y el cenit, no eran montones de piedra pegados a la tierra sino cronómetros cósmicos: estructuras con la intención de ascender a lo más alto, en interacción constante con los cielos.

Y la interacción entre K’inich Ajaw, el Sol, y las aguas sagradas de Chaak representaba la danza de la vida que hacía posible los campos de maíz.

FOTO DE NATIONAL GEOGRAPHIC

CENOTES TURISTICOS

El cenote calavera encontraras el cenote de Tulum más famoso, el Gran Cenote, un cenote abierto  que nos encantó.

El cenote tiene dos partes que están comunicadas por túneles subterráneos. La primera parte que veras es la más abierta y está repleta de gente. A nosotros nos decepcionó un poco porque lo vimos todo como muy preparado al turismo, pero cuando llegamos a la segunda parte nos dejó totalmente fascinados.

En esta segunda parte encontraras una escalera de madera que baja directamente al cenote y lo podrás disfrutar casí en la soledad, porque la mayoría de la gente no llega ahí (al menos a primera hora de la mañana).La peculiaridad de este cenote de Tulum es que podrás nadar con un montón de tortugas, pero por favor no las molestes.

El cenote Dos Ojos, es uno de los primeros cenotes de Tulum que abrió al turismo hace ya unos cuantos años.

Es parte del Sac Actun, el sistema de cuevas inundadas más grande del mundo que se extiende sobre unos 347 km. Está formado por dos cenotes conectados por un pasillo submarino de 400m, por lo que es perfecto para bucear y hacer snorkel. Ahí podrás ver muchos peces y camarones.

La temperatura del agua es de 25 ° C durante todo el año y la profundidad máxima cerca de los cenotes Dos Ojos es de aproximadamente 10 metros.

El cenote corazón del paraíso es otro de los cenotes de Tulum que recomendados para visitar. Es un cenote abierto rodeado de vegetación. Debe su nombre a la forma de corazón que tiene visto desde el aire. Lo malo es que es una foto que solo se puede tomar con dron y los drones en los cenotes no suelen estar permitidos o tendréis que pagar un extra para poder usarlo.

El agua de este cenote de Tulum es cristalina por lo que os recomendamos llevar equipo de skorkel o gafas de buceo, podréis ver muchos peces ahí.

El cenote tiene una estructura de madera de unos dos metros de altura desde donde se puede saltar al agua. Está ubicado a 7 kilómetros de Tulum 

Este precioso cenote, ubicado a 20 kilómetros de Tulum, es un cenote cerrado repleto de estalactitas y estalagmitas con algunas pequeñas aberturas en el techo por las que entran los rayos del sol.

Es menos turístico que otros cenotes de Tulum, así que si vais tempranos podréis disfrutarlo prácticamente solos.

Si buscáis un paisaje salvaje, alejado del turismo de masas, donde reina la tranquilidad el cenote Nicte Ha es perfecto. Está ubicado a 10 kilómetros de Tulum! y forma parte del Parque Cenote Dos Ojos por lo que la entrada es la misma.

Tenéis que caminar como un km por la selva hasta llegar a el. Solo tenéis que seguir las señales donde dice cenote Nicte-Ha.

Es un cenote abierto rodeado de árboles y nenúfares flotando. En sus aguas cristalinas podréis ver un montón de peces y tortugas, por lo que es ideal para hacer snorkel.

Desde la década de 1980, cientos de estos cenotes han sido explorados y mapeados por buzos de cuevas: hoy en día, la exploración y la penetración aún continúan. En 2022, se han descubierto casi 1680 km.

Los tres sistemas de cuevas submarinas más largos del mundo se encuentran en la Riviera Maya:

  1. Sistema Sac Actun 376 km (228 cenotes)
  2. Sistema Ox Bel Ha 339 km (152 cenotes)
  3. Sistema K’oox Baal 103 km (57 cenotes)