Dicen que “El dinero no compra la felicidad” pero es un hecho que si logró comprar al mejor futbolista.
París se convirtió este martes en el centro de atención del mundo futbolístico. La llegada de Lionel Messi a la ciudad luz fue cubierta por tantos medios de comunicación que era imposible contarlos ya que además, por la facilidad de seguir en vivo el asunto a través de las redes sociales, los periodistas de profesión se confundieron con los aficionados comunes que sólo acudieron para ver a su nuevo ídolo y plasmaron el momento en sus celulares.
Algo así sólo lo causó Diego Armando Maradona cuando fichó por el Nápoles ya que Cristiano Ronaldo sí atrajo a mucha gente cuando aterrizó en Italia para unirse a las filas de la Juventus de Turín pero no a este nivel.
Hoy todo mundo en Francia, en París y en el PSG esta feliz con el arribo del “Pelusa”. Hoy todo es romance y expectación, una locura por la primera remesa de playeras con el número 30 que portará el argentino. Hoy todo es alegría e ilusión por ver en acción, juntos, a por lo menos tres de los mejores futbolistas del mundo en la actualidad: Neymar, Mbappé y Messi. Ya después vendrán las exigencias.
Mientras el fichaje de Messi se complementa con los trámites oficiales y obligatorios como los exámenes médicos, la redacción y firma de los contratos así como de los otros acuerdos de imagen, marketing, etc. Mientras Lio, su esposa Antonella y sus tres hijos se instalan en un lujoso hotel antes de elegir casa, escuela y otros detalles, mientras todo esto sucede y se estabiliza, alguien como Mauricio Pocchetino debe estar saboreando el placer de dirigir a Messi y otras figuras y al mismo tiempo meditando sobre como le hará para ganarlo todo, porque menos no le será permitido.
Ya el año pasado al estratega argentino se le escapó la liga y también la Champions así como hace unos días se perdió la Supercopa de Francia. Y nada sucedió. Pero tras la llegada de Lio eso no puede volver a pasar.
Independientemente del fair play financiero que es obvio que no cumple el París Saint Germain y mucho menos con la llegada de Lionel Messi, lo que ha logrado el club francés es una maravilla de marketing deportivo pero eso no le ha garantizado títulos ni lo hará en el futuro.
Con Laurent Blanc al timón el PSG lo ganó casi todo (menos la Champions) al igual que con Unai Emery o Thomas Tuchel que fue quien más cerca estuvo de la orejona. Y aún así los tres se tuvieron que ir del equipo.
Ya los administradores verán como pagar los salarios cada quincena, el tema es saber ahora: Cómo jugará el equipo? Quienes serán los titulares? Y quienes ocuparán el banco de suplentes. Como controlará los egos de un vestidor donde también estarán Sergio Ramos, Marquinhos, Marco Verratti y Angel Dí María y como unificará el cuerpo técnico de Pocchetino las necesidades individuales y colectivas de un super plantel de futbolistas millonarios?
Todas esas preguntas deberán tener respuesta pronto o el proyecto más caro del mundo no servirá de nada ni siquiera con Lionel Messi.