Una de las grandes sorpresas que nos ha dado la música, es saber que existen cientos de exponentes que guardan un lugar muy especial para alguna actividad deportiva. Ese sitio a veces se vuelve más que indispensable en sus vidas y deciden dedicar un gran tiempo y esfuerzo a ese deporte en cuestión.

Uno de ellos es el músico Lars Ulrich, baterista de la banda Metallica, quien es un apasionado del tenis, sólo que en este caso en espacial, el deporte fue antes que las notas, en la vida del artista.

Pues, antes de convertirse en uno de los mejores bateristas del mundo con Metallica, Lars Ulrich estuvo cerca de jugar profesionalmente al tenis. Al ser miembro de una familia tenista, el danés pudo haberse dedicado al mundo de la raqueta en lugar de los tambores, baquetas y platillos.

CON EL TENIS EN EL ADN

Lars lleva tatuada la pasión por el tenis en el ADN, pues su padre Torben Ulrich fue un tenista profesional con participaciones destacadas en Roland Garros, Wimbledon y el Campeonato de Estados Unidos, torneos internacionales en los que por supuesto iba acompañado de su hijo.

Ulrich, nacido el 26 de diciembre de 1963 en una familia de clase media-alta, pronto comenzó a mostrar su talento con la raqueta, por lo que su familia centró su educación en este deporte, su dedicación lo llevó a ser considerado una de las 10 jóvenes promesas del tenis en Dinamarca.

En sus propias palabras mencionó que:

“Mi padre era tenista profesional. Cuando intenté seguir sus pasos y me metí al mundo del tenis por unos años, él se molestó un poco, porque creo que pensaba que yo no era lo suficientemente talentoso, sin embargo, me apoyaba, era de mente abierta… definitivamente no tuve el tipo de padres que te piden que hagas cosas que no te gustan”.

LA MÚSICA HIZO LO SUYO Y LO ATRAPÓ

Las notas llegarían a la vida de Ulrich, pues quería formar su primera banda, pero su padre le recomendó primero tomar un par de lecciones, a lo que él respondió que aprendería en sólo diez días, pues había nacido para esto, según ha contado el músico en diversas entrevistas.

A inicio de la década de los ochentas, Ulrich publicó un anuncio en la revista “Recycler”, en busca de un guitarrista para formar una banda con influencias del nuevo heavy metal británico, Hetfield respondió el anuncio y el resto es historia… años después Metallica se consolidaría como una de las mejores bandas de la historia del metal.

La única vez que Lars combinó su pasión por el tenis y la música fue en la presentación de caridad Grand Slam Jam, un torneo de tenis y concierto, en el que Ulrich se unió con el bajista de R.E.M, Mike Mills, para jugar con tenistas de la talla de Andre Agassi, John McEnroe y Jim Courier.

Al terminar el juego, los participantes dejaron las raquetas y tomaron los instrumentos para divertirse tocando “Sweet Home Alabama”, de Lynard Skynard, Johny B. Goode de Chuck Berry y “Purple Haze”, de Jimi Hendrix, entre otras.