No hubo arreglo y Sergio Ramos deja al Real Madrid, que así pierde a uno de los mejores jugadores de su historia y para muchos al mejor defensa central de todos los tiempos, etiqueta que se disputa con otras leyendas como Fernando Hierro o Manolo Sanchís, por mencionar a los más recientes.
El sevillano, que jugó muy poco en la última temporada por diferentes lesiones, dejará un hueco muy difícil de llenar por su liderazgo, por su recio carácter ganador, por su solvencia y determinación, por su personalidad y también por su productividad a la ofensiva ya que con sus cualidades en el juego aéreo le dió muchas alegrías, victorias y títulos al club merengue. 
Ramos llegó al club blanco en el 2005 cuando tenía 19 años y se va con 35 pero con la maleta llena de trofeos y de medallas ya que fue siempre pieza fundamental en la conquista de 22 títulos: 5 Ligas de España, 4 Champions League, 4 Mundiales de Clubes, 4 Supercopas de España, 3 Supercopas de Europa y 2 Copas del Rey así como múltiples premios y galardones individuales. 
Figuras como él nunca deberían dejar al equipo con el que brillaron e hicieron historia, pero hay que entender que son otros tiempos y las aspiraciones de los futbolistas cambian así como tampoco el tiempo pasa en balde y Sergio empezaba a dar algunas ventajas tanto por sus problemas físicos como por la pérdida paulatina de sus fortalezas, algo que a veces el jugador y sobre todo las figuras se niegan a aceptar.
La de Sergio Ramos con Real Madrid fue una historia de película, de cuento de hadas donde él como protagonista y héroe siempre resaltaba sobre los demás y aunque recibirá un merecido homenaje, lo mejor para él era haberse ido en un partido oficial y con el Santiago Bernabeu hasta las lámparas aclamándolo y coreando su nombre.