Por Karina Elián Salinas

Te imaginas caminar en un mundo que no conoces, encontrando personajes increíbles y que sorprenden con cada ocurrencia. Seguro recuerdas como un singular conejo blanco de ojos rosados y que siempre va acompañado de un reloj de bolsillo, logra que una niña comience uno de los viajes más fascinantes de la literatura clásica.

Por supuesto hablamos de “Alicia en el país de las Maravillas”, obra  del escritor británico Lewis Carroll, quien con este maravilloso libro nos ofrece una genial combinación de temas, que son relevantes no solo en ese mundo ficticio también en el mundo real.

Quien no recuerda al Gato de Cheshire, quien aparece y desaparece en el camino de Alicia, manteniendo conversaciones un tanto filosóficas. Lo más importante de este personaje, es que al desaparecer lo hace por partes, dejando por último su sonrisa, para animar a nuestra protagonista y ayudarla cuando más lo necesita.

Mientras nos adentramos en este mundo, aprendemos que los mejores consejos los da una criatura de siete centímetros, es decir  La Oruga Azul, quien al fumar su pipa, demuestra que ella es feliz a pesar de ser pequeña. Y como olvidar las locuras de un Sombrerero quien como buen inglés, no deja de tomar el té a la hora correcta, acompañado de su amiga la liebre.

En esta insólita aventura, en la que vivimos al tiempo de un conejo blanco  y en donde los caminos son señalados por un gato sonriente, no podemos dejar de lado a una reina que descrita por el mismo autor, está “llena de furia ciega”, La Reina de Corazones un naipe de baraja inglesa, hace que Alicia se vea envuelta en un juicio, y la mejor solución para ella es decapitarla, convirtiéndose en un nuevo desafío para la pequeña niña al demostrar su inocencia.

Una de las partes más significativas de este País de las Maravillas, es que todos los personajes que encontramos, nos enseñan con detalles, a veces no muy lógicos, cómo dar solución a diversos conflictos de una forma divertida y simple. Haciendo que la narrativa de este libro se convierta en un viaje sorprendente tanto para Alicia como para el lector.

Siempre es buen momento para disfrutar de un buen libro, así que espero pronto puedan darse un tiempo para descubrir el mundo de Alicia descrito por Carroll, o bien revivirlo de modo que encuentren algo más que los sorprenda desde la última vez que hayan pasado por sus páginas.