“Nada es imposible”. Fue la frase que se repitieron una y otra vez los integrantes del modesto Holstein de la segunda división desde que supieron que su rival en la segunda ronda de la Copa Alemana iba a ser el poderoso y magnánimo Bayern Munich, con el que empataron 2 a 2 y al que vencieron 6-5 en penales en la ciudad de Kiel.
La misión de hacer historia y el sueño de vencer al temible rey de la Bundesliga se cumplió. Con mucho esfuerzo y garra, pero también con buen futbol, porque el equipo de las “cigüeñas” no solamente luchó y metió la pierna. También manejó la pelota y lo hizo bien, con criterio e inteligencia pero también con ilusión y esperanza y el resultado de 2 a 2 fue justo premio y recompensa por creer en sí mismos, aprovechando los errores bávaros en los 90 minutos de tiempo regular y obligando con un empate agónico de última hora a que el duelo se fuera a la prórroga y a los penales, donde su arquero y la ineficacia del equipo muniqués los llevó a conquistar un histórico triunfo y la calificación para la tercera ronda de la Copa Alemana, un torneo creado precisamente para confirmar que nada es imposible y que los sueños si se cumplen, a veces.
Para los bávaros este es un duro golpe que no recibían desde hace 19 años ya que la última vez que se quedaron fuera apenas en la segunda ronda fue en el 2001 y el mejor técnico de la temporada pasada, Hans-Dieter Flick, tendrá que apretar tornillos y tuercas para que el club que lo gano todo en el 2020, no se quede con las manos vacías en el 2021.