Rompiendo una racha de 13 derrotas seguidas en la temporada del 2020 de la NFL, los Jets por fin pudieron saborear el dulce sabor de la victoria al derrotar por 23-20 a los Carneros en el nuevo SoFi Stadium de los Angeles.
La última vez que los neoyorquinos habían salido triunfantes de un emparrillado fue el 29 de diciembre del 2019, hace casi un año, cuando vencieron como locales a Buffalo por 13-6 en la semana 17 de la campaña pasada.
Sam Darnold, el exquarterback de los Troyanos de la Universidad del Sur de California, logró un pase completo a las diagonales y 207 yardas totales para los Jets pero el verdadero gran protagonista de la noche fue el pateador Sam Ficken quien acertó tres goles de campo, el más largo de 39 yardas, aportando 11 puntos en el primer triunfo de los supersónicos, evitando unirse a la vergonzoza lista de franquicias que terminaron una temporada en blanco, sin ganar, y en la cuál solamente hay cuatro nombres, el de los Bucaneros de Tampa Bay en 1996, el de los Potros de Baltimore de 1982, así como el de los Leones de Detroit del 2008 y el de los Cafés de Cleveland del 2017. En contraste, a los derrotados Rams parece haberles caído mal el reposo de 10 días y este domingo fueron un equipo muy distinto al que arrolló a los Patriotas en la semana 13, tanto que solamente consiguieron 116 yardas en ataque terrestre y pese a los dos touchdowns aéreos conseguidos por Jared Goff que terminó con 209 yardas en 22 de 34 envíos. Los Carneros quedan con marca de 9-5 en el Oeste de la NFC y ponen en riesgo su lugar en la postemporada.
La única mala noticia para los Jets es que si no terminan como el peor equipo del 2020, podría escapárseles la primera selección global del próximo draft colegial que parece reservada para el codiciado mariscal de campo de los Tigres de la Universidad de Clemson, Trevor Lawrence.