Por René Sánchez

Con apenas 22 años de edad y en tan sólo dos temporadas en la NFL Lamar Jackson ya escribió su nombre en el libro de récords. 

En el arranque de la semana 15 el quarterback de los Cuervos de Baltimore guió nuevamente a su equipo a la victoria, la décima en forma consecutiva, con aplastante 42-21 sobre los Jets, logrando asegurar el título (segundo para la franquicia) de la División Norte de la Conferencia Americana con números ahora de 12-2, pero además consiguiendo imponer una nueva marca de yardas por tierra para un mariscal de campo en una sola temporada. Y la hizo trizas porque necesitaba solamente 22 para igualarla y 23 para superarla, pero acumuló 86 yardas para no dejar ninguna duda de su grandiosa capacidad para conducir a los Ravens lanzando (212 yds y 5 TD), pero sobre todo acarreando la pelota (promedio de 10.8 yds).

Cada vez más cerca de que sea inevitable otorgarle el premio al jugador más valioso de la temporada, el nacido en Pompano Beach, Florida, puso nuevamente sus enormes facultades al servicio de su equipo, cualidades que lo hicieron ganar el codiciado Trofeo Heisman en el 2016 cuando era la estrella de la Universidad de Louisville, dónde aprendió a resolver encrucijadas con su movilidad, su velocidad y su potencia de piernas, como ésta magistral noche de jueves en la que además logró 5 touchdowns. 

Ya con 21 partidos consecutivos al mando del equipo de Baltimore, racha que le ha permitido ganar confianza y seguridad, Lamar Jackson ha logrado lo que solamente otro QB, Michael Vick, había podido: rebasar las 1,000 yardas por acarreo en un mismo calendario e incluso superarlas sin problemas a falta de 2 partidos más.  

La cifra de 1,039 yardas por tierra que implantó en su momento el exjugador de los Halcones de Atlanta, de las Águilas de Filadelfia, de los mismos Jets de Nueva York y de los Acereros de Pittsburgh, será ya una mera anécdota ante las 1,103 de Lamar Jackson sin que haya terminado aún la campaña.

Por una molestia en el cuadríceps Lamar estuvo en duda durante la semana para enfrentar a los Jets, pero ni así bajó la intensidad de su juego, consciente de que los de Baltimore tienen muchas posibilidades en la actual campaña de llegar al Super Bowl y ganar un segundo anillo como el que ya tiene su antecesor Joe Flacco. 

Éste, agradable y triunfal, es el presente de Jackson y su futuro pinta mucho mejor, a menos como dicen los expertos, que caiga en malos pasos como le pasó a la selección colegial número uno de los Halcones en el 2001, quién fue arrestado, enjuiciado, castigado y suspendido por la NFL tras haber participado en peleas de perros y apuestas en el 2007, lo que lo llevo a prisión durante poco menos de 2 años, perdiendo la mejor parte de su carrera, algo que nadie desea que le suceda a Lamar, sobre todo a partir de hoy cuando vea su nombre entre los históricos de la Liga.