Por Karina Elián Salinas

Una de las obras que han sido todo un tema dentro de la industria del arte es el clásico “Guernica”, del pintor español Pablo Picasso, expuesto en la actualidad en el Museo Reina Sofía de Madrid.

El 1 de Mayo de 1937 Picasso realizó los primeros bocetos que darían forma y vida a la obra, culminándola el 4 de Junio del mismo año. La obra supone un alegato directo contra las guerras, impreso en un lienzo de 3,49 metros de altura por los 7,77 metros de ancho, convirtiéndose en uno de los cuadros más grandes del genio malagueño.

La ausencia del color es otro de los puntos a resaltar de la pintura, el mismo creador deseaba darle “oscuridad y brutalidad”, a su lienzo, y sabía que la única manera de lograrlo era jugando con los matices del blanco y negro.

El Guernica fue un encargo del Gobierno de la República Española, para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Dicha muestra nos regalaría la obra que enmarca el fatal 26 de Abril del mismo año; día en que la Legión Cóndor Alemana y la Aviación Legionaria Italiana masacraron sin piedad a miles de personas que se encontraban en la población vasca de Guernica., lo cual significó un modo perfecto de pruebas para los planes nefastos de Hitler, que vendrían después en la Segunda Guerra Mundial.

Después del estallido de dicho conflicto bélico, Picasso decidió que su obra fuese custodiada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York hasta que finalizara la guerra, para finales de los años 50 el pintor renovó dicho préstamo al MOMA por tiempo indefinido, hasta que finalmente la obra llegara a su país de origen en 1981. 

Pocas obras como esta, captan la tortura y angustia de la masacre que envuelve al ambiente tan fatal de los estragos de una guerra, no hay nada que justifique tanta sangre y dolor derramado, lo único que siempre quedará es el consuelo de que el arte cumpla su objetivo de plasmar esas historias que conforman la travesía en este mundo y por supuesto que el cubismo no fue la excepción al regalarnos una obra tan épica.