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LA HISTORIA DE PAUL ARTEAGA Y SU SUEÑO DE COMPETIR EN LOS PARALÍMPICOS

Mientras la pandemia destruía vidas, Paúl Arteaga decidió reconstruir la suya. Pese a perder su pierda derecha y a su madre, busca llevar un mensaje de vida. Desde niño, Paúl siempre soñaba con el fútbol y muy rápidamente demostró habilidades para ser arquero. 

A los siete años ya formaba parte del Club Emelec y durante nueve años compitió con muchos jugadores que hoy en día son profesionales. Pero cuando le tocó decidir si seguir en el fútbol o buscar otra pasión, Paúl prefirió colgar los guantes y estudiar Comunicación Social. Paúl tenía 21 años y empezaba a visualizarse como periodista deportivo para comentar de fútbol en televisión y radio.

MENTALIDAD DE DEPORTISTA

Mientras estaba en la universidad sintió un dolor en la pierna derecha. Le hicieron un examen y le detectaron un osteosarcoma, que es un cáncer al hueso, más específicamente en la tibia. Una biopsia determinó que era un tumor maligno. Evidentemente comenzaría una lucha muy fuerte por su salud.

Tres veces regresó el cáncer, los dolores eran terribles, el tumor tocaba los nervios; pasaba casi todo el día acostado.

El año 2020 fue muy duro para el deportista, pues además de no recibir su radioterapia, falleció su mamá de un infarto consecuencia de un cáncer al páncreas.

 “Los médicos podían operarme una vez más pero era muy riesgoso y solo me podían garantizar un 10 por ciento de movilidad; la otra opción era la amputación. Lo pensé mucho. Sentí que era tiempo de soltar mi pierna para reencontrarme con mi cuerpo”. Mencionaba el atleta.

LOS COMIENZOS DE UNA NUEVA VIDA

La semana que siguió a la amputación fue de mucho estrés para Paúl pero rápidamente volvió a vivir intensamente. Por primera vez en años Paúl no tenía dolor. Gracias a una prótesis podía caminar, ir a la tienda, subirse al bus…

Finalmente su historia de lucha y amor al deporte llegó hasta el fisioterapeuta Jorge Andrade, a la nutricionista Camila Vela y a Oswaldo Rodríguez, cuyo centro de acondicionamiento físico se convirtió en su segunda casa. “Ellos creyeron en mí y me ayudan gratuitamente. También se sumó Nicole Mármol, quien me puso a disposición su piscina. Tengo en mente participar pronto en una triatlón y quiero llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024”, confiesa el atleta que ya participó en cuatro carreras.

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