El español superó al noruego en cuatro sets (6-4, 2-6, 7-6 y 6-3), en tres horas y 20 minutos, e hizo historia al ganar su primer grande con 19 años.
Carlos Alcaraz es el jugador más joven en alcanzar el número 1 mundial y completa el póquer de españoles que han alcanzado la cima del tenis masculino junto a Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal.
Con 19 años 4 meses y 7 días, Alcaraz (5 de mayo de 2003) es el más joven en proclamarse número 1 del ránking mundial, que data de 1973 cuando se instauró por primera vez, superando al australiano Lleyton Hewitt que llegó a lo más alto con 20 años, 8 meses y 23 días en el ya lejano 2001.
Siempre adelantado a su tiempo, Carlos Alcaraz ratificó en Nueva York, en el partido más importante de su vida, que es una magnífica noticia para el tenis. Ya es campeón del Abierto de Estados Unidos, el torneo que le lanzó el pasado año al estrellato, y el número 1 más joven de siempre. Es pronto para hablar del inicio de una nueva era, pero reúne todas las condiciones para liderarla y acelerar incluso la salida de jugadores como Rafael Nadal, Novak Djokovic. Tsitsipas, a los cuales llamaremos la antigua generación, por que ya llego la generación de los jóvenes Karen Khachanov de 26 años, Casper Ruud de 23 años, Tommy Paul de 25 años, Frances Tiafoe 24 años, qu derrotó a Nadal. y a Rublev y perdió con Alcaraz en un épico juego.
La cancha del Arthur Ashe no sólo le ha dado el mayor triunfo de su carrera sino que también le ha curtido en el rigor de los torneos del Grand Slam. Ganador este año en Miami, Madrid, Barcelona y Río, y la pasada temporada en Umag, da el salto cualitativo haciendo frente a todos los contratiempos, con el match point salvado ante Jannik Sinner en cuartos como el momento más dramático. Después de tres noches agitadas, con situaciones límite y los cinco sets de por medio, la final amaneció más tranquila, pero ni mucho menos iba a resultar cómoda. En el inicio fue Carlos Alcaraz quien buscó con acierto los puntos y el control del juego, sin dejarse atrapar por el tenis más táctico de su oponente.
El noruego, desaprovechó tres ocasiones para romper el servicio en el primer set, se encontraba con demasiada frecuencia aprisionado en la zona de revés. Alcaraz obtenía réditos de su saque abierto sobre el lado de la ventaja y aprovechaba para irse a la red. El segundo Set Ruud se vio imponente y pensamos que la balanza se inclinaba para el. El tercer Set peleado pero con varios errores de Casper, quien finalmente sucumbió a en el cuarto set.
Hay que irse hasta el año 2003 para encontrar al último español que ganó un título del Grand Slam en el cuadro masculino al margen de Rafael Nadal. Fue Juan Carlos Ferrero, el entrenador de Alcaraz, en Roland Garros. Siguieron muchos éxitos individuales y colectivos, pero nadie más allá del poseedor de 22 majors había sido capaz de dar el golpe. A medida que la gran generación de nuestro tenis envejecía, y aun con Nadal en plena vigencia, como demuestran sus victorias en el Abierto de Australia y en Roland Garros esta temporada, existía la lógica preocupación por el relevo.
Alcaraz avisaba, dando los pasos convenientes y asomándose al circuito sin pudor alguno, derribando registros de precocidad, con el juego y la actitud de los elegidos, pero era difícil vislumbrar un éxito semejante tan deprisa.
Hace poco menos de un año disputó las NextGen ATP Finals, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas jóvenes de la temporada. Aunque lo hiciera ya habiendo ganado el ATP 250 de Umag y con un paso deslumbrante por su primer Abierto de Estados Unidos, no dejaba de ser un chaval pendiente de refrendar las promesas sugeridas.
Esta madrugada, ante el hombre que ya le sigue en el ránking, supo sobreponerse a otro trance inquietante y, cuando se quebraba víctima de la ansiedad, dar un giro de guion. El cuarto parcial nos devolvió al mejor Alcaraz, que rompió en el sexto juego y se fue derecho a por la copa. Nadie la merecía más que él.