Uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel internacional es el veracruzano Gabriel Orozco. Polémico tanto por sus obras como por sus declaraciones, el artista es un declarado aficionado del futbol, misma pasión que se refleja en sus creaciones artísticas.
Una de sus primeras obras es la de NATURALEZA RECUPERADA, hecha en 1991. Una cámara de llanta reformada cuya forma es similar a los antiguos balones de cuero. Obra que busca, como muchas otras de Orozco, resignificar los materiales aparentemente insignificantes gracias al arte.
En general, su obra se puede entender como una recolección de todo lo que puede ser reutilizado, mejor dicho, revitalizado.
La obra del mexicano es una reflexión en torno al concepto de relación. Esto se expresa con claridad en su fotografía: LA PELOTA PONCHADA, de 1993. Un balón que ha pisado miles de canchas, que ha sido pateado por una infinidad de personas; material que expresa relaciones sociales fundamentadas en el juego.
Orozco es, sin duda la reflexión sobre el tiempo. Sobre nuestra percepción posmoderna del movimiento sin detenimiento. Como el desplazamiento de un balón cuando es pateado. El objeto que genera una huella de sí misma, narración que crea continuidad y que transforma las formas.
Orozco ama los balones porque ama las esferas. Los círculos que apuntan a un tiempo cíclico, sin inicio y sin fin. Gracias al arte, quizá saliendo del tiempo institucional, rutinario, ese que nos mata y que limita la expresión.Su cosm