La historia de Jyoti Kumari es digna de una película de cine, ya que ante una situación complicada la jovencita de 15 años nacida en la India, mostró además de espíritu, carácter y sacrificio con grandes cualidades físicas, de fuerza y de resistencia, mismas que llamaron la atención de un alto dirigente del gobierno que podría cambiar su vida para siempre.
Resulta que Mohan Paswan, padre de la chica, fue uno de tantos humildes trabajadores hindúes (y del mundo) que perdieron su trabajo por la pandemia y ante esta situación y con la obligación de recluirse en casa durante la cuarentena, Mohan, un conductor de taxi-bicicleta en las calles de Nueva Delhi, quiso dejar su “cuartucho” rentado en Gurugram, poblado cercano a la gran metrópoli hindú, para regresar a su pueblo, ubicado a más de 1,200 kilómetros de distancia, pero ante la falta de dinero suficiente para un transporte cómodo y rápido, ante la suspensión de las partidas de autobuses y prácticamente sin nada que comer, el Sr Paswan y su hija Jyoti decidieron comprar una bicicleta usada y vieja para realizar la travesía juntos.
Esta joven de 15 años llevó a su padre enfermo en bicicleta desde Gurgaon (Haryana) a su pueblo en Darbhanga (Bihar). Jyoti Kumari pedaleó por 1.200 Km, recorriendo cerca de 100 Km por día, con el padre- Mohan Paswan – sentado en el asiento de atrás. Sólo por un trecho un camionero les dio un aventón.
Mohan, un conductor de bicitaxi, tuvo un accidente el pasado enero. Desde aquel momento no pudo más trabajar. Jyoti lo fue a ver a Gurgaon para ocuparse de él. No teniendo de qué vivir, la joven decidió volver a casa con su padre.
Jyoti y Mohan llegaron a su pueblo el 17 de mayo, después de un viaje de cerca 10 días. Jyoti en sánscrito significa “luz”: con su aventura, ella se convirtió la luz de una entera comunidad y un ejemplo de valentía para quien la conoce.
La audacia demostrada por la joven no pasó inobservada. La Fundación ciclística india la invitó a hacerse un test de selección para poder entrar en la propia academia en Delhi. l futuro de Jyoti parece que estará todavía montando una bici.
La misión fue cumplida y ambos están en casa, cuidándose del coronavirus, pero la hazaña sin quejas y sin pretextos por parte de la pequeña no pasaron desapercibidos para sus familiares, amigos, vecinos y demás habitantes de la India como Onkar Singh, el Presidente de la Federación de Ciclismo del país, quien ya la invitó, con gastos pagados y el apoyo de una beca educativa así como económica, para que forme parte del equipo nacional de este deporte, desarrolle sus enormes facultades y de paso siga ayudando a su padre con la mejor herencia que pudiera dejarle: el deporte y una educación.