Luis Enrique, una final de Champions con el corazón en alto

Luis Enrique, una final de Champions con el corazón en alto

El fútbol, ese deporte que tantas veces rompe, hoy le da una tregua a Luis Enrique. El entrenador español está de regreso en una final de la UEFA Champions League, un escenario que ya conquistó con el Barcelona en 2015, pero que hoy adquiere un matiz mucho más profundo. No es solo un logro deportivo: es una historia de resistencia, de amor, de duelo y redención.

Desde la dolorosa pérdida de su hija Xana en 2019, la vida del técnico dio un vuelco que trascendió cualquier resultado en la cancha. El fútbol pasó a un segundo plano, pero con el tiempo se convirtió también en refugio, en motor y en lenguaje para seguir adelante. Volver a una final no es solo volver a competir al máximo nivel: es volver a sonreírle a la vida desde ese lugar donde un padre se rehace en silencio.

Hoy, el mundo del fútbol se une casi de forma unánime en un deseo: ver a Luis Enrique levantar otra vez la copa. No importa la camiseta, el escudo o los colores. Importa el hombre, su historia, su valentía para seguir siendo él mismo en medio del dolor, su compromiso con el juego ofensivo y valiente, y su manera de vivir el deporte con pasión genuina.

No todos los héroes llevan capa; algunos visten traje, dirigen desde la banda y llevan en el pecho una historia que conmueve más allá de cualquier resultado. Si la Champions tiene memoria, sabrá que esta final tiene nombre propio.

Luis Enrique. Otra vez. Y con el corazón lleno.