Por Karina Elián Salinas

Tal vez nos sonaran conocidos títulos como “El Retrato de Dorian Grey”, o “La importancia de llamarse Ernesto”, y es que precisamente estas obras forman parte de la carrera literaria del escritor inglés “Oscar Wilde”,  a quién recordamos en esta ocasión.

Durante su etapa universitaria en 1877, realizó constantes viajes a lugares como Italia y Grecia, además de publicar en  periódicos y revistas inglesas sus primeras poesías, las cuales posteriormente fueron reunidas para publicarse en un compendio titulado “Poemas”.

En 1882 se trasladó a Estados Unidos donde ofreció una serie de conferencias sobre sus teorías acerca del arte, a su regreso a Inglaterra sus obras comenzaron a ser reconocidas tanto en universidades como en centros culturales británicos, al tiempo que el escritor comenzó a entablar amistad con diversos escritores de la época.

Después de un tiempo Wilde editó una revista femenina llamada “El Mundo de las Mujeres”, además del libro de cuentos “El Príncipe Feliz”, dichas publicaciones tuvieron gran aceptación dentro de la crítica, motivándolo a seguir escribiendo.

La popularidad del escritor como dramaturgo  iba creciendo, sin embargo en 1895 cuando el marqués de “Queenberry”, inició una campaña de difamación en contra del autor acusándolo de homosexual, ese éxito se vio  truncado.

Por su parte Wilde intentó defenderse de las acusaciones con un proceso en contra del marqués, pero sin lograr resultados favorables, el escritor fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados.

Aunque surgieron numerosas peticiones de clemencia por parte de círculos literarios y sectores progresistas a favor del autor, estas fueron rechazadas debido a las pruebas expuestas por el marqués, que demostraron la homosexualidad del dramaturgo, llevándolo a cumplir con la condena.

Durante su estancia en el penal escribió la obra “Balada de la Cárcel de Reading”, endonde plasmo parte de las experiencias de este episodio que marcó su vida, convirtiéndose en una de las obras más significativas de su carrera literaria.

Al recobrar su libertad decidió cambiar de nombre y emigrar a París, en esta nueva etapa se sumergió en un severo alcoholismo llevándolo a lidiar con problemas tanto económicos como de salud hasta su muerte.

A pesar de los acontecimientos que marcaron la vida y obra de Oscar Wilde, su sentido agudo le permitió crear los títulos que hoy conocemos los cuales se convirtieron en punto de referencia, dentro de la literatura clásica.