Por Karina Elián Salinas
En la década de los años 20s, la industria del cine daba un giro inesperado lanzando el largometraje de nombre “The Jazz Singer”, que incluía por vez primera el diálogo y la música en la propia cinta.
En esta película conocemos la historia de “Jakie”, hijo de un hombre judío, quien desea convertirse en cantante de jazz, pero es presionado constantemente por su padre para quedarse en casa, frustrando los sueños del joven músico.
Finalmente decide dar sus primeros pasos en la música obteniendo gran éxito, pero dentro del clímax de la historia, “Jakie” tiene que decidir entre formar una carrera en Broadway o regresar a su hogar con su padre quien está gravemente enfermo.
Al saber un poco sobre la sinopsis de dicha historia ¿Por qué no conocemos algunos detalles técnicos?;
Antes de esta cinta, se exhibían las clásicas películas mudas, las cuales sólo se acompañaban por la música a menudo de una orquesta en vivo, es por ello que causó tanto furor cuando los “Laboratorios Bell”, desarrollaron la tecnología que permitió que una pista de audio pudiera ser colocada en la misma película, llamándola “Vitaphone”.
Misma técnica fue utilizada primero en la película “Don Juan” en 1926, donde a pesar de encontrar música y efectos sonoros no existían diálogos, y fue hasta después de un año precisamente con “The Jazz Singer”, donde se aplicó todo el método en conjunto; es decir mezclar los sonidos con las voces que dan vida a los textos del libreto.
Todo ello fue posible en gran medida a su protagonista “Al Jolson”, ya que durante el rodaje improvisó dos diálogos en escenas diferentes, lo cual agradó fuertemente a uno de sus realizadores “Sam Warner”, quien decidió agregarlos a pesar de que él mismo había anticipado que no se añadirían diálogos.
De esta manera surgió una película totalmente sonora, pasando a la historia frases como:
¡Espera un minuto! ¡No se oye nada todavía!
Ya que fueron las primeras líneas de Jolson.
El largometraje de 89 minutos “The Jazz Singer”, fue lanzado oficialmente el 6 de Octubre de 1927, y desde ese instante abrió el camino para el futuro de los llamados “talkies”, permitiéndonos disfrutar con el transcurso del tiempo de grandes películas acompañadas por la magia del sonido.