El Barcelona de Xavi Hernández alcanzó su cúspide de buen juego en la semifinal de la Supercopa de España ante el Real Madrid a pesar de caer eliminado (2-3), pero su imagen empeoró significativamente en el adiós de la Copa del Rey ante el Athletic Club (3-2) y este domingo aún se vio más desmejorada en el triunfo ‘in extremis’ ante el Alavés en Liga (0-1).
Un gol de Frenkie de Jong en el minuto 87 salvó al Barcelona, que sigue a un punto del gran objetivo de esta temporada, clasificarse para la Champions League del próximo curso.
Pero el tanto del holandés no tapó el juego sin ideas que el equipo mostró durante el resto del partido, sobre todo en un primer tiempo para olvidar en el que prácticamente no sucedió nada.
A pesar de la apatía del juego, el técnico tan solo hizo tres cambios durante el encuentro y uno de ellos fue en el minuto 90 para dar entrada a Clément Lenglet con el objetivo de volver a la defensa de cuatro.
Al conjunto catalán le sigue faltando gol arriba y ahora necesita más que nunca a alguien desequilibrante tras las pérdidas de Ansu Fati y Dembélé.
La buena noticia para Xavi es que ahora afrontará dos semanas sin partidos gracias a la fecha FIFA, lo que comportará que pueda trabajar con prácticamente toda la plantilla sin la presión de la competición.