Por René Sánchez
“Víctor Guzmán no jugará nunca en el Guadalajara”. Así de seca y dura fue la sentencia de la directiva del Guadalajara en torno al futuro del volante mexicano que supuestamente dió positivo de cocaína y otras sustancias prohibidas en los exámenes médicos que le practicó el Club tapatío para cerrar su contratación como refuerzo para el Clausura 2020, pero también mucho antes en un examen realizado el 10 de agosto del 2019 cuando todavía formaba parte del Pachuca.
El hecho, en ambos casos, ha sido negado por completo por el jugador que, tras ser desechado por las Chivas, tendrá que regresar al Pachuca mientras que los tuzos deberán devolver los 13 millones de dólares que cobraron por su traspaso, siempre y cuando se haga oficial la anulación de la transacción.
Sin embargo la historia todavía tendrá muchos capítulos porque se ha solicitado que sea abierta la prueba B que siempre se resguarda para resolver estos casos, así lo manifestó también Enrique Bonilla, Director Ejecutivo de la Liga MX, tras entrar como mediador a la disputa que se ha gestado entre todas las partes y porque tendrá que ser la Comisión de Controversias de la misma Liga la que actúe como juez en este caso que podría alargarse por mucho mas tiempo.
Lo que todavía no se entiende es porque tardó tanto el laboratorio en cuestión en comunicar el resultado adverso de la prueba ni tampoco porque se le avisó al jugador hasta el día 9 de enero pasado.
¿Quién ocultó la información? ¿Quién es además del propio futbolista el más afectado? ¿Que hizo Pachuca para ayudarlo o que hará ahora? ¿Hizo lo correcto Chivas en desecharlo? ¿Que hará la Liga MX? y ¿Seguirá con su carrera Víctor Guzmán? Estas y muchas otras preguntas deberán responderse en los próximos días.