Con un par de momentos de lucidez que rompieron la paridad y el buen trabajo de los lanzadores desde la lomita, los Bravos de Atlanta derrotaron por 2-0 a los Astros de Houston en el tercer juego de la Serie Mundial y primero en el Sun Trust Park de Georgia.
Este fue además ya el sexto triunfo consecutivo como locales para la novena de Atlanta en la actual postemporada, un paso perfecto que los pone arriba 2-0 en la Serie Final y que los puede llevar hasta el título en las Mayores.
Desde el arranque fue el pitcheo de Ian Anderson (Bravos) y el de Luis García (Astros) lo que dominó en el diamante hasta que en el cierre de la tercera entrada Austin Riley le conectó al lanzador venezolano un doblete remolcador para poner en ventaja a los de Atlanta por 1-0 y así se mantuvieron hasta el octavo inning en el que Travis d’Arnaud se voló la barda sin compañeros en los senderos para aumentar la diferencia a 2-0.
Con cuatro hombres en el montículo, Anderson, Minter, Jackson y Matzek, los Bravos mantuvieron la posibilidad de conseguir un juego sin hit ni carrera hasta el arranque del octavo episodio en el que un elevadito provocó gran confusión entre Edwin Rosario y Dansby Swanson y la pelota picó entre los dos para permitir el momentáneo despertar de los Astros que sin embargo no pudieron anotar la carrera de la reducción y menos la del empate.
El cuarto y el quinto juego del Clásico de Otoño se jugarán igualmente en la casa de los Bravos.