Por René Sánchez

El avión que trasladó a los nuevos campeones de la Liga MX aterrizó poco después del mediodía en la Sultana del Norte y a partir de ahí comenzó la fiesta y el festejo de los Rayados con su afición que ansiosamente los esperaba para aplaudirles, para vitorearlos tras vencer al América en la gran final del Apertura 2019. 

El tránsito del autobús especial se hizo lento ante la gran cantidad de personas en las calles, pero eso lejos de molestar a los jugadores les permitió convivir con sus seguidores, especialmente a Vincent Janssen quien cerveza en mano acompañaba los cánticos y también a Leonel Vangioni, autor del penal definitivo, quien se puso a tocar el tambor como si fuera un integrante más de las porras regias.

Ya en un templete armado en los alrededores del Estadio de los Rayados, El Gigante de Acero, el defensa argentino tomó un micrófono y prometió que después de descansar unos días comenzarán la búsqueda del bicampeonato, mientras que Antonio Mohamed agradecía el apoyo y la confianza en ellos, dedicando una vez más este logro a su hijo Farid que está en el cielo.

Pero el que se robó el show fue el primer futbolista holandés campeón en México, “Chente”, sobre todo al ponerse un sombrero y bailar al ritmo de lo que fuera, sin pena alguna y demostrando que está feliz en Monterrey. 

Después de unas horas de locura los jugadores se despidieron para comenzar sus cortas vacaciones y volver los primeros días de enero para comenzar a preparar su torneo como defensores de la corona. 

En cuanto a altas y bajas el Turco dijo que si fuera por él nadie se iría, pero es un hecho que Johan Vásquez emigrará prestado a Pumas y que Jonathan Urretavizcaya podría fichar para Peñarol además de que tendrán unos días extra para cerrar algún fichaje que ayude para apuntalar el gran plantel que ya se tiene.