Al igual que en la vida los ciclos, aunque algunos tardan más que otros, siempre llegan a su final. Y así tenía que pasar algún día con Lionel Messi, para muchos el mejor del mundo de todos los tiempos, pero para muchos otros (me incluyo) sólo el mejor en la actualidad.
Ya fuera por su retiro o por un cambio de playera y de equipo, el final de su etapa como azulgrana tenía que llegar algún día, y muchas cosas, en un atribulado presente del cuadro culé, desataron o aceleraron la decisión del propio astro argentino, que ya tenía varios años perdiendo la motivación y analizando su posible partida para refrescar su rutina, su carrera, su entorno y sus objetivos. 
Y es que Messi lo ganó todo en Barcelona. Conquistó 33 títulos a lo largo de 16 brillantes temporadas en las que disputó 731 partidos, anotando 703 goles y logrando 256 asistencias. 
Nadie en territorio catalán (geográfico y emocional) le puede reprochar nada, ni siquiera que se vaya, aunque otros ya lo señalan por abandonar el barco en los “peores momentos”, tras la peor humillación en la historia de sus torneos en Europa, cuando inicia la era de Ronald Koeman y quien por cierto, se sabe, nunca trató realmente de convencer a la “Pulga” de quedarse. 
El técnico holandés serás de todas formas el villano al igual que Josep Bartomeu, porque le tocó en su etapa como Presidente ver salir al icono, al símbolo, al ídolo, a la ahora sí leyenda del Club Barcelona y todo lo que hagan sin él, si no son victorias y títulos, será criticado duramente, sin misericordia y sin piedad.
Messi, tan especial como persona y como jugador, nunca fue muy abierto para expresar sus emociones en público y muy pocos saben realmente lo que siente o lo que piensa, pero esta vez, también Lio estará en deuda si no explica sus motivos, si no se despide de la afición que lo adoró con la cara en alto, tal y como deben irse los grandes, los verdaderos líderes. 
Lo que sigue será esperar para verlo con otra playera, en otra liga, con otros compañeros, con nuevas metas y mejores regates, en un lugar donde disfrute lo que mejor sabe hacer.