Hace nueve años decíamos adiós a una de las voces contemporáneas más emblemáticas dentro del ska, soul, R&B y jazz, pues la cantante Amy Winehouse amaneció sin vida en su casa de Camden Town justamente un 23 de Julio del 2011.
Se especula que la noche anterior había estado tocando la batería, bebiendo y cantando. En ese instante tenía tan sólo 27 años y un disco multiplatino denominado “Back to black”, que le había dado fama mundial.
Al principio se pensó en sus adicciones a la heroína y el crack como causa de fallecimiento pero el informe del forense reveló que Winehouse había muerto debido a un fallo respiratorio tras caer en coma etílico. En su habitación se encontraron tres botellas vacías de vodka y en su organismo 416 miligramos por decilitro de sangre: destacando que 350 miligramos se considera ya un porcentaje letal.
En el inicio de su carrera tras lograr firmar con Island Records, Amy presentó su álbum de debut, “Frank” (en honor a Sinatra), publicado en Reino Unido en octubre de 2003, producido por Salaam Remi, era una mezcla de jazz, pop, soul y hip hop.
El álbum cosechó buenas críticas y obtuvo varias nominaciones a los Brit Awards y los MOBO Awards, sin ganar ningún galardón.
Tras la promoción del disco, conocería a Blake Fielder-Civil, un joven con severos problemas de adicciones quien trabajaba como auxiliar en una productora de videoclips, y con quien se casó en secreto en mayo del 2007. En más de una ocasión se ha dicho que Blake fue quien la sumergió en el mundo de las drogas, del que lamentablemente no pudo salir.
A partir de ahí vendrían una serie de altibajos para la artista, pues su adicción la llevó a estar en constantes centros de desintoxicación, lo cual en principio se negaría a hacerlo, reflejado en su canción “REHAB”, donde rechaza la rehabilitación por completo según la letra.
Problemas con la prensa sensacionalista no se hicieron esperar tanto por sus problemas personales como de drogas, además de estar también atrapada en la crítica hacia su padre de quien sufrió abandono en su infancia, debido a sus constantes infidelidades, y quien después de la muerte de Amy abandonó su trabajo como taxista para dedicarse de lleno a trabajar en la “Fundación Amy Winehouse”, y a grabar estándares de jazz, (sin éxito alguno).
Existen dos legados que han quedado en la posteridad para conocer más sobre la trágica vida y música de Amy, uno de ellos es el libro de la escritora Susana Monteagudo “Amy Winehouse. Stronger Than Her” e ilustrada por María Bueno, conocida en redes sociales como “Pezones Revueltos”.
Y el otro es el documental “AMY” editado en el 2015 por el director Assif Kapadia, que retrata a la artista como una víctima de la codicia de su entorno. Aquello obtuvo varios premios, pero molestó bastante al padre de la intérprete, pues no se hablaba bien de él, por lo que mencionaría que haría su propia versión biográfica de su hija para llevarla a las pantallas.
Amy es lamentablemente una de las voces que se suman a la lista de figuras quienes perdieron la vida a la edad de 27 años, como Jimi Hendrix, Janis Joplin y Kurt Cobain. Pero con un legado en sus notas que nadie podrá igualar.