Nuevo escándalo y más problemas para Julio César Chávez Jr., quien ha sido suspendido indefinidamente por la Comisión Atlética de Nevada por haberse negado a realizar un exámen antidopaje en octubre del 2019, cuando personal de la VADA, la Asociación Voluntaria de Antidoping, se presentó en el gimnasio donde entrenaba el junior.
La sanción aplicará en los estados de Nevada y Arizona, los más tradicionales para hospedar funciones profesionales de boxeo y le complicará a Julito la programación de un posible nuevo combate a finales del 2020, tal y como sucedió en noviembre del 2019, cuando tuvo que cambiar de fecha y sede su pelea con Daniel Jacobs, para la que perdió días de trabajo y mucha concentración por tener que presentarse a una audiencia ante la Comisión 48 horas antes de subir al ring con Jacobs, quien le venció el 20 de diciembre al romperle el tabique nasal a Chávez, quien se rehuso a seguir peleando ante la imposibilidad de respirar y por el riesgo de agravar dicha lesión.
Julio César Chávez Jr. ha estado desde entonces más preocupado por tratar de grabar un disco de cumbias y otras actividades temporales que nada tienen que ver con el deporte y que más bien parecen caprichos de un niño mimado, que no sabe todavía que hacer con su vida a pesar de que ha ganado buen dinero sin ser realmente una figura del deporte de los puños como lo fue su padre.