El Consejo Directivo de Williams Grand Prix Holding puso a la venta su equipo de Fórmula Uno, ya sea una parte de sus acciones o la mayoría e incluso aceptaría negociar el 100% si llegara una buena oferta de un comprador serio y realmente comprometido con el automovilismo.

 Las cuentas de la temporada anterior, la del 2019, dejaron pérdidas al consorcio por 13 millones de libras esterlinas (17.8 millones de dólares), mientras que en el 2018 hubo ganancias por 12.9 millones de libras (15.9 millones de euros).

En cuanto a los ingresos netos, de los 176.5 millones de libras del 2018, el Grupo Empresarial Williams bajó a 160.2 en 2019, un problema que también se manifestó en el exclusivo sector de la F1, ya que la escudería  bajó sus entradas de 176.5 a 160.2 de un año a otro (del 2018 al 2019), con una merma superior a los 10 millones de dólares, que contrasta con el benefició de 16 millones de dólares del período anterior.

Sin arrancar la temporada 2020, prácticamente no han existido entradas de dinero en muchos meses para Williams, por lo que el futuro financiero inmediato se ha complicado mucho y la mejor solución, además de hallar a un nuevo socio dispuesto a cubrir deudas e invertir, será vender la escudería o una rebanada muy grande de ésta.

Otro motivo de la debacle del grupo y del representante de Williams en el “Gran Circo”, ha sido la pobre actuación del equipo en la máxima categoría, sin capacidad para sobresalir y sin cualidades para ser verdaderamente competitivos, lo que ha hecho, en consecuencia, que su porcentaje de los derechos de transmisión por televisión hayan sido reducidos a un nivel preocupante, tanto como el número de marcas patrocinadoras, que en palabras de Mike O’driscoll, el Director Ejecutivo de Wiiliams, quieren ver su logotipo en la carrocería de un equipo ganador y no en la de uno del montón.