Admirado por los que gustan del futbol vistoso, de velocidad y habilidad o del pique y freno inesperado, pero al mismo tiempo odiado por muchos de sus rivales y sobre todo por millones de mexicanos por su mala costumbre de fingir faltas, el neerlandés Arjen Robben anunció su retiro definitivo de las canchas.
Autor de aquella jugada del Mundial de Brasil 2014 en la que se tira ante una supuesta falta de Rafael Márquez provocando el penal que dejó fuera al Tri del certamen y que le quitó la posibilidad de llegar al ansiado quinto partido, el delantero de 37 años quedó en la mente del pueblo mexicano como un tramposo y los memes con su típica imagen tirándose al pasto acompañados con la frase que se hizo viral de “No fue penal”.
Sin embargo la realidad es que el casi calvo era una verdadera pesadilla precisamente por su calidad y la facilidad que tenía para escapar de los rivales que llegaban tarde y no tenían otra opción que cometerle falta para detenerlo, sobre todo en sus mejores tiempos, en los que su peor enemigo eran las lesiones musculares típicas de un atleta con tanta explosión y cambio de ritmo. Incluso ese fue el principal motivo para hoy decir adiós.
En 21 años de carrera, Robben disputó 706 partidos y marcó 246 goles con 188 asistencias, logrando la impresionante cifra 32 títulos como uno de los futbolistas más exitosos de la historia no solamente de la vieja Holanda sino de todo el mundo. Fue campeón en cuatro países y ligas distintas.
Por algo jugó en los mejores equipos del mundo en su época como Chelsea, Real Madrid y Bayern Munich. Surgió del modesto Gronningen debutando a los 16 años y pasó por el PSV Eindhoven para catapultarse a la élite.
Con la “Oranje” jugó en tres Copas del Mundo, en Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Con su selección disputó 97 partidos y anotó 37 veces con 34 pases para gol. Un jugador muy prolífico sin duda y sobre todo muy peligroso y desequilibrante que sorprendía por su capacidad para improvisar.