A partir de este viernes 15 de octubre y hasta el día 31 los aficionados al deporte blanco podrán votar para elegir a los próximos integrantes del Salón de la Fama del Tenis Internacional. 
Del resultado de dichas votaciones y del análisis de un jurado de expertos integrado por periodistas, historiadores y miembros del salón,  saldrán los nombres de quienes serán entronizados en una ceremonia que se llevará a cabo hasta el 16 de julio del 2022. Los nombres de los elegidos se conocerán a principios del próximo año. 
Hoy son seis los candidatos (cuatro mujeres y dos hombres) que esperan ser elegidos y en principio se trata de Cara Black de Zimbabwe de 42 años, una exnúmero uno del mundo en la modalidad de dobles y ganadora de 10 de los títulos más importantes en dobles femeninos y en dobles mixtos. También aparece la serbia Ana Ivanovic de 33 años, otra exnúmero del ranking WTA y campeona de Roland Garros en el 2008 así como la italiana Flavia Pennetta de 39 quien ganó el US Open en el 2015 y que también fue la mejor del mundo en la clasificación de dobles.
De igual manera esta Lisa Raymond de los Estados Unidos con 48 años y un palmarés que incluye 11 títulos de Grand Slam tanto de dobles como de dobles mixtos y el honor de haber sido número en ambas modalidades.
Finalmente sólo dos hombres figuran en la lista de tenistas candidatos al Salón de la fama y ambos son españoles. Uno es Carlos Moyá de 45 años que alguna vez fue primero del ranking ATP así como campeón del Abierto de Francia en 1998 mientras su compatriota Juan Carlos Ferrero de 41 años fue incluido como aspirante porque también ganó Roland Garro en el 2003 y porque igualmente fue líder de la clasificación mundial en algún momento de su carrera.
El international Tennis Hall of Fame fue fundado en 1954 por James Van Halen y está ubicado en Newport, en los Estados Unidos. Ya cuenta con 257 miembros de 26 países diferentes y la primera generación se eligió en 1955. Desde entonces y hasta 1975 todos los miembros eran nacidos en los Estados Unidos hasta que el británico Fred Perry en 1986 cambió esa incongruente postura del Consejo de Votaciones.